Perdona Nuestros Pecados ¿Es realmente tan buena?
Finalmente la intensa y más larga telenovela, de la historia de Chile, terminó el pasado miércoles 22 de agosto, con un final que a más de alguno, tal vez no dejo satisfecho.
Para quienes la comenzaron a seguir, desde el 6 de marzo de 2017, intentado no perderse algunos de sus 312 episodios, fueron atrapados por el relato, escenografía y tramas oscuras, que ofreció la ficción.
Sin embargo, en este artículo vamos a desmenuzar si realmente esta teleserie, nocturna y para mayores de edad, puntos positivos comonegativos, de la “mega-producción” de Mega.
Aciertos de Perdona Nuestros Pecados
Álvaro Rudolphy, quien interpretó a Armando Quiroga, es sin duda el alma de esta serie, por sobre el cura Reynaldo Suárez (Mario Horton) y su amada, María Elsa (Mariana Di Girolamo).
Prácticamente, casi todas las historias de otros personajes protagonistas o secundarios, giran en torno al hombre más rico y temido del pueblo, Villa Ruiseñor.
Él es la persona que mantiene despiertos a los fieles televidentes, ya que todos esperamos que sus fechorías no lleguen a buen puerto, pero siempre ganaba o al menos eso pensábamos.
Drama histórico. Como se agradece esto en la televisión chilena (¡por dios!). Ambientado en el sur de Chile, lejos de la capital, se desarrolla esta ficción que mantuvo en vilo a miles de chilenos.
Se escogió un escenario a mediados de siglo, para poder jugar con aquellas mentalidades tan conversadoras, pre juiciosas y hasta costumbristas de la época.
De paso, la producción refleja la forma de pensar, de vestir y de actuar de una parte de la población chilena de antaño, que nos invita a reflexionar lo que somos hoy.
Tabú. En Chile, todo llega muy tarde y lo que se hace en la televisión internacional, nosotros lo hacemos ahora, pese a que Perdona Nuestros Pecados, no es la primera.
Que se toquen temas tan tabúes como el lesbianismo, la homosexualidad, el amor filial, las violaciones, el mundo narco, la prostitución, etc., todo esto combinado en una ficción ambientada a mediados de los sesenta, es destacable.
Aquí, podemos presenciar el doble discurso de la época, en como muchos castigaban con todo el rigor del conservadurismo, la religiosidad y hasta el clasismo, todos los puntos anteriormente señalados, pero éstos mismos se servían de todo esto, cuando les convenía.
Terremoto. Creo que la escena del megaterremoto es una de las mejores representaciones, en cuanto a la preocupación de la producción por mostrar esa parte de la historia negra de nuestro país.
Pienso que jamás había visto algo así en una telenovela nacional, que dé cuenta de alguna manera, ya sea ficticia, el impacto que causó en nuestra sociedad ese terrible hecho.
La desesperación, las muertes, el caos, la desazón y otros sentimientos negativos que marcaron el movimiento telúrico, es un ejemplo más que esta telenovela, acertó en ese ítem.
Yerros de Perdonas Nuestros Pecados
Maria Elsa, segunda temporada. Creo que ella dio lo mejor en la primera temporada, cuando su personaje era más cautivante, desafiante y fresco.
Pero en la continuación de Perdona Nuestros Pecados, parecía más un personaje secundario, sin fuerza, que no se echaba de menos en pantalla.
Tuvo el privilegio de cerrar la telenovela, leyendo una carta, pero su lectura fue tan débil, sin pasión, como si leyera un manual y es un reflejo de lo que escribo.
Muy larga. Pienso que ante el miedo de perder un público fiel, no dar con algo nuevo y fresco, se fueron a la segura y alargaron la trama, lo que más pudo.
Eso generó que se inventaran un sinfín de historias de rellenos, aparecieran nuevos personajes que sólo entorpecían la historia central.
Producción. Una de las primeras y grandes falencias que pude presenciar en esta teleserie fue la producción. En primer lugar, al ser un drama histórico, no se preocuparon en el lenguaje.
Los actores hablaban como si estuvieran en el 2018, su forma de ser, de actuar, etc., fue poco prolijo y no como otras teleseries de época, en que eso es fundamental (marca diferencia).
De seguro a nadie eso le importó y será un detalle, pero es importante, ya que el Chile de antes y más el del sur, goza de un acento propio, refranes populares y forma de ser, más tranquila, menos citadina y más introvertida.
Casi todos los personajes actuaban de manera diferente (como santiaguinos), acelerados, empoderados, fuera de contexto y sobre todo, poco creíble a la época.
Fotografía. Es muy mala la teleserie en este aspecto. En general, Mega no se destaca por poseer una gran fotografía en sus producciones, es como que el director no supiera hacer planos.
Siempre los mismos ángulos, poco ingenioso para regalarnos una postal que pudo haber marcado una escena, ya que el nivel chileno en este ítem, es paupérrimo, por ejemplo, en Soltera Otra Vez, usan el desenfoque como si fuera genial, pero ¡no lo es! Es patético.
Señor de la Querencia 2. Aunque a muchos les duela, Perdona Nuestros Pecados es un Señor de la Querencia, pero con más matices e historias secundarias.
Para cerrar, no sé si estarán de acuerdo a los puntos señalados, obvio todo es muy subjetivo y habrán algunos que ni siquiera notaron estos detalles o simplemente, me odien por criticar.
Soy un gran admirador de teleseries chilenas, pero también veo extranjeras y pese a que Perdona Nuestros Pecados fue muy buena en nuestro país, aún falta mucho para crecer en esta industria y compararnos con otras.
Porque otros países no sólo piensan en una historia, también se concentran en ofrecer una buena banda sonora, una apuesta fotográfica e historia originales.
Lo anterior, casi ni se aplica a PNP porque ya se ha visto mucho en diversos relatos chilenos y sobre todo, si bien resultó enganchar al público con una historia larga, no creo que a Mega le resulte hacer algo similar y ya pasó (“Pitucas sin Lucas”, 2014/”Pobre Gallo”, 2016).
Aunque, para no olvidar la pregunta de nuestro título, debo decir que sí, es una gran teleserie la que acabamos de desmenuzar, con sus matices y limitaciones, pero no sé si el público volvería a ver 312 capítulos.
Viernes, 24 de agosto de 2018
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2 Comentarios
Camilo M.
Creo que la banda sonora del turco Toygar Isikli fue tambien un tremendo acierto, tanto en la canción de intro como las incidentales.
Semaforo
Gracias por tu comentario y creo que tienes mucha razón!