El pasado lunes 20 de mayo, el doctor José Atalah cumplió 5 décadas de actividad profesional, periodo en que se convirtió en un referente en el área de la salud en la Región de Valparaíso.
Titulado de médico cirujano el 20 de mayo de 1969 de la Universidad de Chile en Santiago, el doctor José Atalah inició su trayectoria en la medicina en el Hospital de Vicuña, donde ejerció hasta 1974.
En aquel periodo recibió el premio Colegio Médico de Chile por su labor como Médico General de Zona en el Equipo de Salud de dicho recinto hospitalario.
Posteriormente, el doctor José Atalah se especializó en pediatría en el desaparecido Hospital Doctor E. Deformes de Valparaíso. Además realizó una estadía de perfeccionamiento en gastroenterología infantil en el Hospital Luis Calvo Mackenna de Santiago.
Finalizada su beca de especialización, ingresó en 1977 como médico pediatra al Servicio de Pediatría y a la posta Infantil del Hospital Deformes, ocupando en forma sucesiva diversos cargos de jefatura.
Tambíen, el doctor José Atalah impartió docencia en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile en su sede de Valparaíso, actual Universidad de Valparaíso.
A partir de 1992, el doctor José Atalah asumió la jefatura del Servicio de Pediatría del Hospital Carlos Van Buren, debiendo enfrentar múltiples desafíos como el forzado traslado de un servicio pediátrico a un hospital de adultos que no contaba con una estructura adecuada para el manejo de los pacientes pediátricos.
Tambíen reorganizar y reorientar la política de salud para enfrentar adecuadamente patologías de evolución crónica.
Acorde a las exigencias de un servicio de referencia regional, el doctor José Atalah patrocinó y respaldó la formación de subespecialistas pediátricos.
De igual manera, fue un activo impulsor de la formación de la Unidad de Cuidados Intensivos Pediátricos (UCIP). Una muestra de su gestión fue la cesión de una sala de Lactancia para permitir la ampliación de dicha unidad.
Además gestionó y obtuvo a nivel de la Jefatura Zonal de Salud de la V Región un importante aporte económico que permitió implementar adecuadamente la UCIP.
En 1995, el Servicio de Pediatría es distinguido como el mejor servicio de este tradicional hospital porteño por su Gestión de Calidad.
Paralelamente a su gestión pública, el doctor José Atalah encabezó a un grupo de profesionales que se atrevió a construir el primer edificio en Valparaíso dedicado exclusivamente a la atención privada de salud integral (Centro Médico Edificio Dr. Enrique Deformes) y que a la fecha cumple 22 años de existencia.
Por esto y otras cosas más es que en julio de 2015, la Ilustre Municipalidad de Valparaíso le confiere el Título de “Hijo y Ciudadano Ilustre de Valparaíso” al doctor José Atalah en reconocimiento a su trayectoria y gran aporte a la ciudad Puerto.
El doctor José Atalah tambíen nos habló de sus inicios en la medicina y las experiencias que ha vivido en su dilatada trayectoria en este rubro, entre otras cosas.
Su gusto por la medicina
-¿Cómo surgió el gusto por la medicina?
-En mis recuerdos de infancia siempre era como un sueño llegar a ser médico por lo que leía, veía en las películas y lo que se conversaba. Siempre me pareció como atractiva la posibilidad de ser médico cuando grande y desde chico comienza mi afición por la medicina.
-¿Por qué pediatría y no otra especialidad?
-En el último año de internado hay 4 especialidades básicas que se hacen que eran pediatría, obstetricia y ginecología, cirugía general y medicina. Ahí uno empieza a sentir más atracción por algún tipo de especialidad y ahí me empezó a gustar más la pediatría.
-En mi estadía en Vicuña como Médico General de Zona hice fundamentalmente atención en hospital en pediatría y noté que era mi tendencia la medicina infantil.
Sus inicios en la medicina
-¿Cómo fueron tus inicios en la medicina?
-Uno siempre se imagina como una medicina de ensueño y de libro, pero en la realidad uno se va encontrando con situaciones que angustian y que uno no puede solucionar.
-Uno empieza a conocer la otra medalla que no es la medicina de realizaciones solamente, tambíen de sufrimiento, pena y frustraciones.
-Estando de Médico General de Zona en Vicuña que es una ciudad chica, uno se va encariñando con las personas y ya la relación no solamente es la medicina misma, sino una relación humana.
-Uno empieza a conocer las cosas buenas y malas de toda una sociedad que uno quisiera que fuera más igualitaria.
Momentos felices y tristes durante su carrera
-¿Cuál fue tu momento más feliz y el más difícil en estas cinco décadas que estas en la medicina?
-Recuerdo con especial motivación el día en que me titulé que estaba mi madre y mi polola que es mi actual señora en el Teatro Municipal de Santiago.
-Después como cosa violenta y dramática, recuerdo el gran accidente ferroviario que hubo en Vicuña y solamente 2 médicos nos enfrentamos a un desastre de proporciones en que fallecieron más de 12 personas.
-Nos vimos abocados a manejar la situación casi en “estado de guerra” con un hospital sobrepoblado, mientras recibíamos el apoyo en las horas siguientes del Hospital de Coquimbo y La Serena.
-Dentro de las cosas felices, hay varios momentos especialmente en medicina pediátrica cuando uno ve que logra sacar adelante a niños que estaban casi desahuciados y logra cambiar la triste mirada de una mamá por una cara de alegría.
-Diría que esos son los momentos felices de la medicina que se repiten como tambíen hay momentos tristes cuando uno no puede cambiar el curso de una enfermedad.
Consejo para los futuros médicos
-¿Qué consejo le darías a los jóvenes que quieren estudiar medicina y que se quieran especializar en pediatría?
-Ya sea en pediatría o en lo que se especialicen, no olvidar que el paciente es una persona y que a veces necesita un poco más de conversación y que lo escuchen.
-A veces el tecnicismo, la tecnología y los adelantos hacen que esta comunicación se haya ido perdiendo y se convierta en una relación de laboratorio y de exámenes.
-Creo que eso no deben perderlo los nuevos estudiantes sea la especialidad que sea a la que se dediquen. Recuperar un poco esa magia, esa situación especial que tiene el médico con el paciente y no convertirla en una atención, breve, fría e impersonal como se da a veces por diferentes motivos.
Domingo, 14 de julio de 2019/Entrevista #49
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