Cuando era estudiante de periodismo aún vivía aquel querido profesor que siempre decía que nuestro país sólo celebraba triunfos morales, derrotas navales o que la constitución no sería cambiada en cien años. Todo esto repitió ignorando el Plebiscito que no alcanzó a vivir.
Recuerdo también que hablaba de fútbol. Auguraba que Chile nunca sería campeón de nada porque estábamos mil millones de años luz de Brasil, Argentina y Uruguay.
¡Y vaya que tuvo razón! Al menos por unos cuantos años antes de partir.
Como inmortalizó la gran Mercedes Soza “todo cambia” y no sólo cambia el cuerpo de una persona, sino también sus pensamientos como emociones.
Chile en 2015 fue campeón de América con un equipo que rompió la tradicional mentalidad del futbolista chileno y ayer, 25 de octubre, se dio un importante paso para cambiar la constitución de Jaime Guzmán y de Augusto Pinochet, aquella que ha durado por cuarenta años, la cual para millones de almas pareció ser eterna.
Ayer no sólo fue un triunfo para casi seis millones de chilenos que depositaron su fe en el Apruebo, sino también para todos aquellos violados, mutilados y asesinados por un sistema indolente e indiferente que ya no se sostenía ni por moral ni por fuerza propia.
Pero sólo fue un triunfo en las urnas, ya que aún falta mucho por trabajar. En abril de 2021 el Presidente tendrá que convocar una Convención Constitucional que será escogida nuevamente por todos nosotros, de donde saldrán 115 ciudadanos como tú o como yo, quienes tendrán la vital tarea de redactar una nueva carta magna en un plazo máximo de doce meses.
No entraré en los detalles burocráticos, legales y técnicos de este equipo “constitucional”, pero señalaré que si ellos no logran armar un texto en aquel plazo, la nueva constitución será desestimada y se mantendrá la vigente de 1980 ¿lo pueden creer? Además, entre los propios 115 elegidos tendrán que aprobar con 2/3 de votos las propuestas que redactaran para dar forma y vida al próximo cuerpo legal.
Esta nueva constitución tiene la garantía de que podrá ser redactada desde una hoja en “blanco” no quedando sujeta a la anterior ni a otras cadenas, que en el caso de ser aprobado por la CC, será ratificada o vetada (de salida) por un nuevo Plebiscito en 2022.
Con esta nueva posible constitución creada en “democracia” por millones de chilenos, lejos de la actual y viciada de Pinochet y cía, nace algún tipo de esperanza que dentro de las cosas comenzaran a cambiar a favor de una sociedad más equitativa castigada por tantas injusticias.
Aún falta mucho por recorrer, discutir y pelear, pero aquella sombra de la dictadura podría llegar a su fin, al menos eso esperamos para poder comenzar avanzar de una buena vez por todas gracias a este Plebiscito que se tuvo que haber realizado hace mucho tiempo atrás, tal vez en aquella época en que mi profesor vivía para que fuera testigo que las cosas cambian, para bien o para mal, todo cambia.
Lunes, 26 de Octubre de 2020
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