Poemas Revolucionarios que debes leer
“Chile, país de Poetas” dice la frase, pero en la actualidad es una nación de millones de protestantes, quienes marchan por un futuro mejor. En medio de un mar de violaciones sistemáticas a los derechos humanos por parte de Carabineros y fuerzas militares, el gobierno de Piñera sucumbe no sólo ante las encuestas, sino ante los ojos del mundo. En lo que parece una revolución total, existen poemas que dan cuenta de este medio no sólo para inspirar a unos cuantos, sino a toda una nación. Repasaremos grandes poemas, partiendo por un vate que fue mal citado por Sebastián Piñera que de estar vivo seguro hubiera señado con claridad de quien está a favor. Mario Benedetti Noción de Patria Cuando resido en este país que no sueña cuando vivo en esta ciudad sin párpados donde sin embargo mi mujer me entiende y ha quedado mi infancia y envejecen mis padres y llamo a mis amigos de vereda a vereda y puedo ver los árboles desde mi ventana olvidados y torpes a las tres de la tarde siento que algo me cerca y me oprime como si una sombra espesa y decisiva descendiera sobre mí y sobre nosotros para encubrir a ese alguien que siempre afloja el viejo detonador de la esperanza. Cuando vivo en esta ciudad sin lágrimas que se ha vuelto egoísta de puro generosa que ha perdido su ánimo sin haberlo gastado pienso que al fin ha llegado el momento de decir adiós a algunas presunciones de alejarse tal vez y hablar otros idiomas donde la indiferencia sea una palabra obsena. Confieso que otras veces me he escapado. Diré ante todo que me asomé al Arno que hallé en las librerías de Charing Cross cierto Byron firmado por el vicario Bull en una navidad de hace setenta años. Desfilé entre los borrachos de Bowery y entre los Brueghel de la Pinacoteca comprobé cómo puede trastornarse el equipo sonoro del Chateau de Langeais explicando medallas e incensarios cuando en verdad había sólo armaduras. Sudé en Dakar por solidaridad vi turbas galopando hasta la Monna Lisa y huyendo sin mirar a Botticelli vi curas madrileños abordando a rameras y en casa de Rembrandt turistas de Dallas que preguntaban por el comedor suecos amontonados en dos metros de sol y en Copenhague la embajada rusa y la embajada norteamericana separadas por un lindo cementerio. Vi el cadáver de Lídice cubierto por la nieve y el carnaval de Río cubierto por la samba y en Tuskegee el rabioso optimismo de los negros probé en Santiago el caldillo de congrio y recibí el Año Nuevo en Times Square sacándome cornetas del oído. Vi a Ingrid Bergman correr por la Rue Blanche y salvando las obvias diferencias vi a Adenauer entre débiles aplausos vieneses vi a Kruschev saliendo de Pennsylvania Station y salvando otra vez las diferencias vi un toro de pacífico abolengo que no quería matar a su torero. Vi a Henry Miller lejos de sus trópicos con una insolación mediterránea y me saqué una foto en casa de Jan Neruda dormí escuchando a Wagner en Florencia y oyendo a un suizo entre Ginebra y Tarascón vi a gordas y humildes artesanas de Pomaire y a tres monjitas jóvenes en el Carnegie Hall marcando el jazz con negros zapatones vi a las mujeres más lindas del planeta caminando sin mí por la Vía Nazionale. Miré admiré traté de comprender creo que en buena parte he comprendido y es estupendo todo es estupendo sólo allá lejos puede uno saberlo y es una linda vacación es un rapto de imágenes es un alegre diccionario es una fácil recorrida es un alivio. Pero ahora no me quedan más excusas porque se vuelve aquí siempre se vuelve. La nostalgia se escurre de los libros se introduce debajo de la piel y esta ciudad sin párpados este país que nunca sueña de pronto se convierte en el único sitio donde el aire es mi aire y la culpa es mi culpa y en mi cama hay un pozo que es mi pozo y cuando extiendo el brazo estoy seguro de la pared que toco o del vacío y cuando miro el cielo veo acá mis nubes y allí mi Cruz del Sur mi alrededor son los ojos de todos y no me siento al margen ahora ya sé que no me siento al margen. Quizá mi única noción de patria sea esta urgencia de decir Nosotros quizá mi única noción de patria sea este regreso al propio desconcierto. Revolución León Felipe Siempre habrá nieve altanera que vista el monte de armiño y agua humilde que trabaje en la presa del molino. Y siempre habrá un sol también —un sol verdugo y amigo— que trueque en llanto la nieve y en nube el agua del río. Réquiem a un soldado Alexéi Nedogónov A miles de verstas del hogar paterno cayó atravesado por la bala enemiga: en la estepa húngara, cerca de Esztergom, moría un joven moscovita. De pronto el soldado, tendido en la estepa, sintió la caricia del aire natal, igual que si viera agitarse de nuevo los arces vetustos de Arbat. El último impulso del corazón recio, y se alzó en los codos, en la nieve ardiente, por ver a los suyos lanzarse al combate contra el alemán y vencer a la muerte. Y como a lo lejos de su agrupación, él vio que avanzaba la tierra, tan suya. Los ojos del héroe captaron fugaces del Kremlin las áureas cúpulas. A miles de verstas del hogar paterno se alza un obelisco que guarda una estrella: bajo el cielo húngaro, cerca de Esztergom, la gloria de Moscú canta la húngara estepa. El sistema Eduardo Galeano Los funcionarios, no funcionan. Los políticos hablan, pero no dicen. Los votantes votan, pero no eligen. Los medios de información desinforman. Los centros de enseñanza, enseñan a ignorar. Los jueces, condenan a las victimas. Los militares están en guerra contra sus compatriotas. Los policias no combaten los crimenes, porque están ocupados en cometerlos. Las bancarrotas se socializan, las ganancias se privatizan. Es más libre el dinero que la gente. La gente, está al servicio de las cosas. América insurrecta Pablo Neruda Nuestra tierra, ancha tierra, soledades, se pobló de rumores, brazos, bocas. Una callada sílaba iba ardiendo, congregando la rosa clandestina, hasta que las praderas trepidaron cubiertas de metales y galopes. Fue dura la verdad como un arado. Rompió la tierra, estableció el deseo, hundió sus propagandas germinales y nació en la secreta primavera. Fue callada su flor, fue rechazada su reunión de luz, fue combatida la levadura colectiva, el beso de las banderas escondidas, pero surgió rompiendo las paredes, apartando las cárceles del suelo. El pueblo oscuro fue su copa, recibió la substancia rechazada, la propagó en los límites marítimos, la machacó en morteros indomables. Y salió con las páginas golpeadas y con la primavera en el camino. Hora de ayer, hora de mediodía, hora de hoy otra vez, hora esperada entre el minuto muerto y el que nace, en la erizada edad de la mentira. Patria, naciste de los leñadores, de hijos sin bautizar, de carpinteros, de los que dieron como un ave extraña una gota de sangre voladora, y hoy nacerás de nuevo duramente desde donde el traidor y el carcelero te creen para siempre sumergida. Hoy nacerás del pueblo como entonces. Hoy saldrás del carbón y del rocío. Hoy llegarás a sacudir las puertas con manos maltratadas,con pedazos de alma sobreviviente, con racimos de miradas que no extinguió la muerte, con herramientas hurañas armadas bajo los harapos. Domingo, 17 de noviembre de 2019 No olvides dejar tu like y seguir nuestra fanpage aquí. 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