Poesía erótica de autoras latinoamericanas

La poesía erótica es un género que a veces es considerado en ciertos lugares como un “tabú” o algo que muchos escritores no se atreven a realizar ya sea por diversos motivos.

Te presentamos una colección de poemas eróticos escritos sólo por mujeres, quienes se atrevieron a romper el molde y dieron una mirada a este ítem que para muchos es mal visto o demasiado desafiante para escribir o leer.

Esperamos te guste esta selección de poemas y te permita descubrir toda una variedad de artistas que a lo largo de la historia se han dedicado a cautivar a través de los versos.

erótica
Imagen de culturacolectiva.com

-“Soy la muchacha mala de la historia”-.María Emilia Cornejo, peruana.

Soy la muchacha mala de la historia,
la que fornicó con tres hombres
y le sacó cuernos a su marido.

Soy la mujer
que lo engañó cotidianamente
por un miserable plato de lentejas,
la que le quitó lentamente su ropaje de bondad
hasta convertirlo en una piedra
negra y estéril,
Soy la mujer que lo castró
con infinitos gestos de ternura
y gemidos falsos en la cama.

Soy la muchacha mala de la historia.

 

-“Otra vez Amarilis”-. Márgara Saenz, ecuatoriana.

El tiempo ha pasado y vuelves a mi memoria.

Tu auto trepando hacia la sierra, la Cream-Rica
¿recuerdas?, volteando a la derecha, todos esos moteles.

Entonces éramos nosotros; no tú, no yo. Me quiérote,
te gózame, me amándonos, decíamos.

¿A quién llevas ahora? Contigo entre las piernas
¿quién pega de alaridos y triza los espejos
donde nos repetíamos bestiales y dulcísimos?

¿Qué otro vientre recibe tu miel mía, peruano? Di
qué frívola puta, qué sórdida hipócrita limeña,
qué casada cuidadosa del cornudo.

Hijo de perra, ¿lo haces? Pero allí no, nunca, con
nadie vuelvas a la habitación 35. Que se te
muera para siempre, que se te pudra si regresas.

Una vez dije allí no ¿recuerdas?, dije después
donde quieras. Tú me observabas igual que un
entomólogo, eras un médico lascivo examinando
una muchacha muerta de amor: no hables, eres
una muñeca, un cuerpo sin voluntad, y me
tocabas probándome y fui un durazno de esos

que se abren con la mano.

Un durazno, dijiste a mis espaldas, a la luz de la tarde,
separando con suavidad mis carnes, descubriendo
lo que ni yo conozco, mi zona más oscura, la que
guarda esa caricia atroz, obscena y tuya que no
olvido.

Júralo: no has de volver a esa cama con nadie. Me has
negado tu cuerpo, el que gustaba mirar impúdico y
erecto viniendo a mí, el tuyo que era el mío.
Concédeme esto entonces: anda a otro sitio a hacer tus
porquerías.

O vuelve a la habitación 35. El tiempo ha pasado, ya
no hay sino recuerdos y Amarilis qué puede sino
juntar palabras. Ahora somos tú y yo, no existe más
nosotros. Uno y uno, dos solos: yo y esa mierda que
tú soy y yo añoras, desgraciado.

 

-“Amada amiga (extracto)”-.Cecilia Vicuña, chilena.

Me gustaría ser hombre

Para seducirte y obligarte

A que abandones tu casa

Y te olvides de todo,

Pero esta idea no me gusta.

Separados y solitarios

Los hombres siempre están fuera

Y nada necesitan con más urgencia

Que estar adentro,

Probar alguna tibieza,

Altas y bajasmar.

 

«Éxtasis»-, María Granata, argentina.

Lienzo embebido en ti
es ahora mi cuerpo,
del todo desasido
y sin otra envoltura que tu imagen.
En mí te llevo como si cargara
sobrecogida sangre.
Sales de ti
hacia el encuentro, génesis reciente,
y yo bebo y respiro
tu exhalación, la rama de tu gozo.
Allí donde se forma
el color de tus brazos enlazados
gira el anillo impar que me contiene.
Nadie me busque, nadie.
Soy tu vigilia,
me disuelvo, pequeña,
en la dulzura que tu pecho emana.
Soy tu sombra y la mía,
soy un desprendimiento de ti mismo.
Allí donde comienza
esa felicidad sufriente y bella,
voy a tu encuentro.
Me despojo de mí
con un sacudimiento
de aterrados manzanos.
Puedo en amor morir que seguiría
recorriendo la tierra con tus pasos,
en tus manos ahogada.

Jueves, 21 de mayo de 2021

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