Cuando nos volvemos más veteranos nos aferramos a creer/decir que lo pasado siempre fue mejor y temo expresar, sin acomplejarme por lo viejo, que la Calle del Niño de Valparaíso es un claro ejemplo de ello.
Para ser honesto, no recuerdo a cuántas Calle del Niño asistí en mi infancia, qué cosas habré jugado, comido o qué me habrán maravillado, pero si recuerdo bien la apreciación de los adultos sobre aquel evento que era bastante esperado o aclamado. Una verdadera fiesta.
Ante mi pésima memoria y mi deber paternal por alimentar la ilusión de mi pequeña fuimos hasta la porteña Av. Pedro Montt, para que ella descubriera el lugar que prometía grandes juegos, dulces, asombros y quién saben qué más.
Emma, a través de sus propias palabras, insinuó que era más de lo mismo a lo que ya estaba acostumbrada ver y jugar. Toda la expectación que construimos con antelación se esfumó tan rápido al terminar de ver el último stand que ofrecía alguna baratija.
Yo también me desilusioné del evento en Valpo. Parecía otro espacio público capturado por ambulantes que ofreciendo cosas a luca pretendían llamar nuestra atención, no sentía la chispa de una fiesta para niños, no faltaron los maleducados que atropellan para colarse en la fila y parecia ser que aquella gran celebración de la infancia ya no se volverá a repetir.
Por supuesto nos fuimos rápidos del lugar y continuamos celebrando el día de mi hija en los clásicos mecánicos de la Plaza Victoria que nunca fallan, siempre divierten y que Emma disfrutó con el tío Ale como si se hubiera subido por primera vez al avioncito, el carrusel o las tazas locas.
Un día antes, Emma disfrazada de princesa Peach maravilló a muchos asistentes de la Otakon de Viña del Mar en la Quinta Vergara y si bien la suspicaz llovizna amagó con cancelar la Calle del Niño, todos los regalos y regaloneo que recibió nuestra pequeña bajo el contexto del Día del Niño creo que hicieron de este festejo algo lindo para recordar.
La Calle del Niño tuvo su momento de gloria hace muchos años ya y ante la actual posibilidad de un sinfín de entretenimientos que hoy en día disfrutan los niños y en cualquier momento del año creo eso contribuye a que pierda su encanto.
Apegarnos al glorioso recuerdo del evento infantil porteño es de viejos, lo acepto y no lo discuto, como también que ya estoy pensando para dónde llevaré a Emma el próximo año para celebrar el Día del Niño.
Miércoles, 9 de Agosto de 2023
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