Blog de Papá #6: Primer Viaje

El primer viaje con un bebé siempre será especial, agotador y algo que jamás olvidarás, ya que marcará un antes y un después en este tipo de experiencia.

Mi hija está por cumplir ocho meses de edad, ya es capaz de comer picados, frutas, galletitas, puede reconocer voces, rostros y cosas que la divierten o disgustan, pues ahora será una eterna compañera de aventuras.

Así que en este primer gran viaje volamos hasta Antofagasta, tierra de sol, de minería y ahora de protestas por cuestiones sociales justas y dignas que deben generar un cambio en la desigualdad social que afecta a nuestro país.

Fue un viaje de más de mil trecientos y cuarenta kilómetros, según google, el cual realizamos en Uber, Taxi, aviones y en un bus que se quedó en pana, algo que tuvo que soportar mi “Chanchita”, rompiendo con su rutina y comodidades, aunque encantó a todos a quienes conocimos gracias a su hermosa sonrisa y simpatía.

No sabíamos (y temíamos) cómo se iba a comportar durante esta aventura, no podíamos adivinar si el clima le afectaría, si echaría de menos a sus adorables peluditos  y abuelos o si se adaptaría a un nuevo lugar de la mejor forma.

Pero Emma supo sortear todo. La amiga de mi pareja (quien nos recibió en su lindo hogar) se maravilló con mi bebé, además su hija, Lis, se convirtió en la primera amiga de juegos en su corta vida, algo que no sólo fue nuevo para ella sino para nosotros también, ya que nos sirvió para ver cómo se comportaba nuestra bebé con otros niños de más o menos de su edad.

¡Y vaya que nos sorprendió! Emma al inicio se mantuvo tímida y observadora ante las costumbres, forma de jugar y mañas de Lis, pero después se empoderó de juguetes ajenos y por momentos nos hacía creer que disfrutaba la compañía de su primera amiga y por otros instantes nos dejaba claro que no jeje.

Pero no viajamos solamente para ver como nuestra hija se comportaba ante otra niña, volamos con la intención de conocer aquellos rincones turísticos de la tierra de Andrés Sabella Gálvez.

Hacer turismo en Antofagasta es difícil, agotador y efímero, puesto que todo está lejos y más con un bebé que  limita en muchos aspectos la aventura que deseas vivir.

Tuvimos la fortuna en esta oportunidad de recorrer muchos lugares que permiten descubrir una ciudad más allá de la minería, ya que Antofagasta no es tan sólo un campamento chileno como muchos creen.

Este viaje me ha hecho reflexionar, ha sido diferente y muy especial,  porque antes de ser padre he podido viajar solo o acompañado por diversos lugares de Chile y en ocasiones el dinero no alcanzaba, así que tuve que aguantar el hambre, no tener un lugar seguro para dormir o tener lo justo para regresar, aunque con un retoño eso no es nada divertido ni gracioso para contar.

Porque no importa el lugar, la hora o la situación, si tu bebé estalla en llanto debes detener todo, pensar en su comodidad y confort, asegurarte que vuelva a la normalidad y después volver a tu aventura.

Aventura que antes iniciaba a la hora que estimabas conveniente y que terminaba sólo cuando tú lo decidías, pues con un bebé en brazos, completamente dependiente de ti, esa manera de pensar ya no funciona.

Porque tu hija o hijo necesita dormir bien, no importa ni la hora ni el lugar, debes procurar organizar bien los tours, eventos o experiencias considerando que debes regresar a tu lugar de descanso a una hora prudente.

Un bebé te permite descubrir otras cosas positivas en una travesía, por ejemplo, te enseña a planificar mejor las cosas, a distribuir de mejor forma tu dinero, tus tiempos y descansos, además cuentas con un gran compañero de viajes que alegrara a tus más cercanos, guías y a ti mismo, con quien inmortalizarás hermosas postales que permanecerán viva por mucho tiempo, más de lo que podrías imaginar.

En esta aventura por Antofagasta Emma apañó a conocer lugares como el hito de Capricornio, La Portada, Punta Angamos (que no ha recibido su lugar e importancia en la historia nacional), la mano del Desierto, Mejillones, etc., siempre con una sonrisa y haciendo gracia al guía turístico y al resto de la tripulación a bordo del tour.

Tal vez ella no logré recordar los lugares o sensaciones que experimentó, a pesar que las fotografías sean prueba de su presencia en tan hermosos lugares, pero eso no importa en verdad.

¿Por qué? Porque en ella quedará aquel sentimiento de nostalgia, de experiencia vivida y un sentido de pertenencia cuando regrese hacia aquella tierra levantada por una cosmopolita población.

En este viaje, pude crear recuerdos imborrables con mi hija, que jamás olvidaré y que espero contar algún día, para que ella regrese y sea a mí quien me cuente de nuevas experiencias que estaré deseoso por conocer.

Antes de terminar este artículo, deseo agradecer a la amiga de mi pareja por habernos recibido con mucho amor y presentarnos  a su hermosa hija y hermoso perrito que adoraremos siempre, también a don Oscar Morales por ser un fantástico guía turístico y  todas aquellas personas que hicieron de nuestro viaje una aventura maravillosa para recordar eternamente.

Domingo, 03 de Noviembre de 2019.

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