Había dejado de ver una recomendada serie de “humor” por Netflix que fue bastante aburrida, entonces por esas cosas de la vida llegué a conocer Trailer Park Boys (TPB) y me fascinó.
La serie canadiense (2001) comienza presentando a Ricky (Robb Wells) y Julian (John Paul Tremblay) saliendo de prisión, quienes después regresan a Sunnyvale Trailer Park, su hogar de toda la vida, jurándose que jamás volverán a ser amigos, ya que ambos se culpan entre sí por haber permanecido encarcelados.
En aquel lugar ficticio, en donde ocurren todas las divertidas e ingeniosas, o mejor dicho problemáticas situaciones, Ricky y Julian (en la fotografía) siempre terminan arrastrando a todos sus amigos en mal logrados negocios que acaban en ilegalidades que la policía logra descubrir.
El humor de esta serie es transgresor, machista, homofóbico, negro, soez y sobre todo muy creativo, ya que uno de los protagonistas revela en el primer capítulo que unos camarógrafos lo seguirán a partir de ahora hacia todos lados para realizar un documental de su vida, algo que define a TPB y le brinda un sello personal a esta serie que es reconocida por ser un falso documental.
Volviendo a la historia, las cámaras que siguen en un comienzo a Julian llama la atención de todos los residentes de Sunnyvale quienes al principio se muestran algo incrédulos, pero después se adaptan a eso y se vuelve una parte muy importante del show en donde los protagonistas interactuán con éstas como si de un reality show se tratara.
Lo maravilloso de esta serie no es sólo mostrar fracaso tras fracaso de dos menores criminales, que por lo general no tienen deseo de trabajar en algo honrado, sino por los increíbles personajes que van apareciendo a lo largo de Trailer Park Boys y que enriquecen los actos delictivos de Julian y Rick.
“Bubbles” (Mike Smith) quien al principio era un personaje secundario amigo de Julian y Rick terminó por convertirse en el tercer mosquetero, aunque es algo nerd y raro, es quien aporta sabiduría, moral y ética que no logra nunca transmitir a sus torpes amistades.
“Sr. Laley” (John Dunsworth) a pesar que es la justicia y el orden en Sunnyvale, es mostrado como el villano y antagonista de los chicos, ya que este ex policía y homosexual no asumido, intentará por todos los medios llevar a prisión (otra vez) a Rick y Julian para que éstos no interrumpan la paz y tranquilidad en Sunnyvale.
Además están “Randy” (Patrick Roach) ayudante del Sr. Lahey y eterno aspirante a Supervisor de Sunnyvale; “J-Roc” (Jonathan Torrens) un cómico rapero y delincuente menor; “Cory” (Cory Bowles) el tonto ayudante de Rick y Julian; y un sinfín de personajes que brindan un sello particular y único a esta serie que hoy en día Netflix revivió con dos temporadas “animadas” para continuar con las ilegales aventuras de estos delincuentes.
Desde el primer capítulo hasta su última temporada Trailer Park Boys siempre cuenta como Julian planea un negocio que lo hará millonario para “retirarse” lo antes posible, sin embargo van sucediendo eventos que no puede controlar, tal vez por confiar en sus tontos ayudantes o subestimar a sus rivales lo que desencadena que tanto Rick como él vuelvan a prisión, algo que ellos disfrutan porque pueden vender drogas a los tontos gendarmes a precios más elevados, jugar video juegos y beber hasta emborracharse hasta la madre, como dicen.
Trailer Park Boys es aquella serie que te recomiendo que veas, ya que no es sólo divertida, sino también tiene ciertas cosas que te van a encantar y es algo que no deseo contar.
Sábado, 14 de noviembre de 2020
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