Cuando el 23 de enero de 2018 murió el antipoeta, Nicanor Parra, muchos expertos, académicos o simples opinólogos estaban de acuerdo con que el oriundo de San Fabián de Alico mereció haberse convertido en el tercer chileno galardonado con el Premio Nobel de Literatura.
Desde la partida de Nicanor, para un sinfín de expertos y otros no tantos, entre ellos yo, ningún escritor nacional poseía posibilidades de acercarse siquiera de ser considerado por error, por tráfico de influencias, por ser súper ventas o por ser el amigo de un miembro de la siempre cuestionada Academia Sueca.
Ni los 103 años de vida del Parra más poeta le sirvieron para ser un posible y fuerte candidato, a pesar de un sello poético magistral e inigualable, en vez de eso, desde 2018 desfilaban uno tras otro los desconocidos nombres de los ganadores literarios que por estas tierras, tercemundistas, poco y nada se sabe sobre ellos.
¿Quiénes son esos Jon Fosse, Annie Ernaux, Abdulrazak Gurnah (no europeo #1), Louise Glück (no europeo #2), Peter Handke y Olga Tokarczuk? Sin caer en el ninguneo y sin importar parecer ignorante ¿en verdad quiénes son? Porque ni en memes literarios son citados estos galardonados.
Y de pronto, un medio hace eco de una noticia proveniente de ciertas casas de apuestas, que se volvió viral, al informar que el poeta Raúl Zurita era “serio candidato” al Premio Nobel.
Los medios tradicionales, los grandes, los chicos, los chantas, las fakes news, los sensacionalistas y hasta los que no leen ni los textos de los memes celebraban la supuesta candidatura chilena al mayor galardón del mundo de las letras.
La desinformación afloró, la comprensión lectora fue vergonzosa y la impresionante humadera de los cientos de textos que vendían en los medios de comunicación, posicionando a Zurita como posible ganador, era asombrosa.
El común de la gente no entiende cómo funciona las nominaciones de los escritores, el proceso de evaluación ni mucho menos que todo se reduce a cinco candidatos en septiembre, bajo un completo hermetismo y confidelidad que culmina en octubre, como exige la tradición, cuando se anuncia al vencedor con una escueta justificación.
Durante esos finales días de septiembre e iniciales de octubre, la mayoría de la gente se volvió Raúl Zurita. Además, ya eran conocedores y amantes de sus letras, atrás quedaba su militancia comunista, para muchos ya era merecedor de ese millonario premio, aunque nunca lo hayan leído y los anhelos de lograr por tercera ocasión el título que ostentan Gabriela Mistral y Pablo Neruda renacieron. Algo que se había sepultado con la muerte de Nicanor.
No sabremos en el corto plazo por qué razón o razones no ganó Raúl Zurita. La ilusión se esfumó aquella mañana del 5 de octubre al igual que el sereno cuando se adentra a través de la costa para dispersarse con el correr del día.
Ahora, de lo que podemos estar seguros es que Raúl Zurita está en otro nivel. Su literatura debe ser estudiada, considerada primordial en nuestras letras y su nombre una constante eterna en los posibles candidatos del Premio Nobel de Literatura. Es nuestro Lionel Messi y su posible 8vo Balón de Oro.
Lo que no se dio con Nicanor Parra se podría dar con Raúl Zurita. La vida es injusta con algunos y con otros generosa. Chile sueña con una tercera. Tenemos una gran oportunidad. Veamos qué dicen los suecos para el 2024.
Miércoles, 11 de Octubre de 2023
Si deseas compartir algún artículo o ser parte de Elsemáforo.cl escríbenos al siguiente correo elsemaforoquilpue@gmail.com. También podría interesarte esta pasada entrada: