Junto a mi pareja habíamos hablado de la posibilidad de adoptar a otro gatito, casi un año después del triste final de Coffee, a quien no buscamos reemplazar ni mucho menos olvidar, entonces apareció Lili en nuestras vidas. Hay quienes no vuelven a criar a otra mascota después de la muerte de la propia, ya sea para no traicionar sus sentimientos, legados o recuerdos, otros lo hacen para no volver a tener esa responsabilidad (económica o moral), ser más “libres” como también para no repetir otra dolorosa partida. Yo creía que traer a otro gato en tan poco tiempo era un acto indebido como irrespetuoso hacia Coffee, sin embargo siempre…