Violeta Parra, la poeta

Violeta Parra
Violeta Parra se suicida en 1967, pero no muere ahí, por el contrario se volvió inmortal.

Hoy se cumplen 52 años de la partida de Violeta Parra cantautora chilena, hermana del poeta Nicanor Parra, que no sólo conmovió a su país, sino también al mundo entero.

Es por eso que te daremos a conocer parte de su escritura, ya que es más recordada junto a su guitarra y su voz, quien se dedicó a no sólo recuperar aquella canción chilena, sino a difundirla a todos los rincones que visitó.

Si bien tal vez sus versos no son tan espectaculares como su canto vale la pena, de todos modos, conocer aquellos versos que ha legado a quienes disfrutamos de las letras.

Maldigo del alto cielo

Maldigo del alto cielo

la estrella con su reflejo,

maldigo los azulejos

destellos del arroyuelo,

maldigo del bajo suelo

la piedra con su contorno,

maldigo el fuego del horno

porque mi alma está de luto,

maldigo los estatutos

del tiempo con sus bochornos,

cuánto será mi dolor.

Maldigo la cordillera

de los Andes y la Costa,

maldigo, señor, la angosta

y larga faja de tierra,

también la paz y la guerra,

lo franco y lo veleidoso,

maldigo lo perfumoso

porque mi anhelo está muerto

maldigo todo lo cierto

y lo falso con lo dudoso,

cuánto será mi dolor.

Maldigo la primavera

con sus jardines en flor

y del otoño el color

yo lo maldigo de veras;

a la nube pasajera

la maldigo tanto y tanto

porque me asiste un quebranto.

Maldigo el invierno entero

con el verano embustero,

maldigo profano y santo,

cuánto será mi dolor.

Maldigo a la solitaria

figura de la bandera,

maldigo cualquier emblema

la Venus y la Araucaria

el trino de la canaria,

el cosmos y sus planetas,

la tierra y todas sus grietas

porque me aqueja un pesar,

maldigo del ancho mar

sus puertos y sus caletas,

cuánto será mi dolor.

Maldigo luna y paisaje,

los valles y los desiertos,

maldigo muerto por muerto

y el vivo de rey a paje,

el ave consu plumaje

yo la maldigo a porfía,

las aulas, las sacristías

porque me aflige un dolor,

maldigo el vocablo amor

con toda su porquería,

cuánto será mi dolor.

Maldigo por fin lo blanco,

lo negro con lo amarillo,

obispos y monaguillos,

ministros y predicandos

yo los maldigo llorando;

lo libre y lo prisionero,

lo dulce y lo pendenciero

le pongo mi maldición

en griego y en español

por culpa de un traicionero,

cuánto será mi dolor.

La carta

Los hambrientos piden pan

Me mandaron una carta
por el correo temprano.
En esa carta me dicen
que cayó preso mi hermano
y, sin lástima, con grillos,
por la calle lo arrastraron, sí.

La carta dice el motivo
que ha cometido Roberto:
haber apoyado el paro
que ya se había resuelto.
Si acaso esto es un motivo,
presa también voy, sargento, sí.

Yo que me encuentro tan lejos,
esperando una noticia,
me viene a decir la carta
que en mi patria no hay justicia:
los hambrientos piden pan,
plomo les da la milicia, sí.

De esta manera pomposa
quieren conservar su asiento
los de abanico y de frac,
sin tener merecimiento.
Van y vienen de la iglesia
y olvidan los mandamientos, sí.

¿Habrase visto insolencia,
barbarie y alevosía,
de presentar el trabuco
y matar a sangre fría
a quien defensa no tiene
con las dos manos vacías?, sí.

La carta que he recebido
me pide contestación.
Yo pido que se propale
por toda la población
que «El León» es un sanguinario
en toda generación, sí.

Por suerte tengo guitarra
para llorar mi dolor;
también tengo nueve hermanos
fuera del que se engrilló.
Los nueve son comunistas
con el favor de mi Dios, sí.

A mi casa llega un gato

A mi casa llega un gato,
pero es un gato decente,
pero es un gato decente.
Si yo le tomo la cola
al tiro muestra los dientes.
A mi casa llega un gato.

Este gato romano
que es medio cojo,
si lo tratan de cucho
se pone rojo.
Este gato romano
que es medio cojo.
Se pone rojo, sí,
bajo la parra.
No te juegues con gatos
que tienen garras.

¡Anda a cazar ratones
por los rincones!

Me gustan los estudiantes

Que vivan los estudiantes
Jardín de nuestra alegría
Son aves que no se asustan
De animal ni policía.Y no le asustan las balas
Ni el ladrar de la jauría
Caramba y sambalacosa
¡qué viva la astronomía!

Me gustan los estudiantes
Que rugen como los vientos
Cuando le meten al oído
Sotanas y regimientos.

Pajarillos libertarios
Igual que los elementos
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva lo experimento!

Me gustan los estudiantes
Porque levantan el pecho
Cuando le dicen harina
Sabiéndose que es afrecho.

Y no hacen el sordomudo
Cuando se presenta el hecho
Caramba y sambalacosa
El código del derecho.

Me gustan los estudiantes
Porque son la levadura
Del pan que saldrá del horno
Con toda su sabrosura.

Para la boca del pobre
Que come con amargura
Caramba y sambalacosa
¡Viva la literatura!

Me gustan los estudiantes
Que marchan sobre las ruinas
Con las banderas en alto
Va toda la estudiantina.

Son químicos y doctores,
Cirujanos y dentistas,
Caramba y sambalacosa
¡Vivan los especialistas!

Me gustan los estudiantes
Que con muy clara elocuencia
A la bolsa negra sacra
Le bajó las indulgencias.

Porque hasta cuando nos dura
Señores la penitencia
Caramba y sambalacosa
¡Qué viva toda la ciencia!

¡Qué viva toda la ciencia!

¡Gracias Violeta Parra!

Martes, 5 de febrero de 2019.

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