VALPARAÍSO-. ¿Saben qué es un “asesor literario”? Para descubrirlo conversamos con Juan Silva Rojas un gran referente en cuanto al tema.
Silva nació un 29 de junio de 1973 en Viña del Mar, justo en el histórico “Tanquetazo” y bajo el contexto de dictadura, nuestro entrevistado nos expresa que su base de estudios literarios consistió en grandes autores nacionales.
Previo a la entrevista, Silva nos contó que asistió al lanzamiento de “La tribu de la palabra” del gran escritor Theodoro Elssaca en un auditorio casi repleto, en el salón Aldo Francia del Palacio La Rioja.
Conversar con Juan Silva es una cita tras otra de libros, autores, movimientos literarios, frases, etc., que fluyen como lluvia de ideas que nos desordenaba el hilo de la entrevista.
Pero lo anterior daba igual, porque siempre será un placer hablar con un señor de las letras, ejemplar lector y excelente conocedor no sólo del mercado del libro, sino también de políticas literarias por parte del Estado.
Tal vez y hasta este punto estamos comenzando a comprender por dónde va aquel concepto de asesor literario.
Mientras tanto el viñamarino nos dice que observa el surgimiento de un sinfín de editoriales independientes que están captando a emergentes escritores y que además, podrían aprovechar la oportunidad de captar a los no lectores, algo que considera un potencial mercado si se concreta bien.
Aunque también manifiesta la sútil censura a los talentos literarios que deben someterse a políticas de publicación o la misma frivolidad de las editoriales, que coartan las publicaciones, el contenido o posibles nuevas expresiones literarias, entre otros puntos.
Juan Silva Rojas asesor literario
Juan Silva nos abruma con tanto conocimientos, ya sea de escritores nacionales o los grandes de la literatura universal, su amplio dominio del tema le permite saltar desde un James Joyce a un Eduardo Barríos sin perder la idea que desea plasmar a pesar de la enorme distancia entre literatos.
En medio de tanto preámbulo, ideas por aquí o por allá, la verdad no recuerdo si pregunté o ya estaba demás hacerlo, empero ante la duda, de igual manera consultamos lo obvio al entrevistado que contestó:
-Yo he trabajo mucha parte de mi vida vendiendo libros (en librerías) y más que un escritor, editor, etc., me considero un asesor de libros. Me gusta mucho esa palabra porque ser editor engloba muchas y otras cosas.
-También me gusta “gestor literario” o “gestor cultural”, buscar espacios, hacer encuentros literarios, hacer proyectos, etc.,
-¿Y cuáles fueron sus inicios en este camino de la literatura?
-Desde muy chico fui muy lector. Tenía un abuelo que poseía muchos libros en la casa y yo los tenía al alcance. Tengo el hándicap de que no soy de la generación de estar con una pantalla en la mano o con la virtualidad que existe hoy en día.
-La literatura te permite desarrollar lo imaginario y la fantasía. De la misma manera tú vas formando un pensamiento crítico, algo que se ha perdido hoy entre los niños.
–¿Recuerda lo que se leía en aquella época en la dictadura, cuando usted era joven?
-Mira, existe una positividad. Cuando empecé en los ’80 mi escolaridad, básica, se leía harta literatura chilena: Mistral, Durán, “Palomita blanca”, Eduardo Barrios, “Martín Rivas”. Eso generaba una buena base para agarrarte en la media un Márquez, un Quijote o un Cortázar.
-Hay un libro que tienes que buscar, “Nascimento” de Felipe Reyes (1977), con quien tuve la oportunidad de trabajar en la feria del libro y es una recopilación de este portugués que a principios del siglo XX heredó de su tío la librería Nascimento y después editorial. Entonces comienza a publicar a poetas, escritores y Eduardo Barríos como Augusto D´Halmar, en sus inicios comenzaron a trabajar con él, siendo asesores (literarios).
-Por eso me gusta esa palabra porque los grandes escritores del inicio del siglo XX en nuestro país eran asesores.
–¿Qué opina sobre el mercado del libro, el IVA, las imprentas o los escritores emergentes?
-Ese tema del IVA es algo profundo porque creo que siempre se habla de sacarlo y perfecto, pero eso no es más que una especulación de todo el mercado neoliberal. Si al libro le sacas el IVA de aquí a dos años igual va a estar caro.
-Por lo que tengo entendido, el Estado le compra libros a las editoriales independientes y le financian ciertas cosas, pero el Estado nunca ha tenido una fuerte injerencia en las editoriales, de ayudar con la importación de papeles, establecer maquinaria, imprenta, etc. Muchas veces el desarrollo o el precio de un libro queda bajo la especulación del mercado.
-Ahora, la otra cosa, porque a mí siempre me gusta armonizar los puntos. Te compras un libro de $17 mil pesos, pero si te vas a comprar ropa de marca te gastas $200 lucas. Yo veo gente que sale de Ripley con un plasma de palo y medio, y eso no es caro para ellos.
-El “Ulises” de James Joyce me costó casi $16 lucas, lo leo, lo releo, lo rayo, me lo he releído durante diez años y lo vuelvo a descubrir, ósea, lo que te ofrece esto bajo el precio, es algo invaluable.
-A cambio, también hay un poco valorización de la literatura porque tú ves que hay mucha gente que encuentra un libro caro, pero después se compra un perfume a $70 lucas.
-Comprarte un libro de $20 mil pesos en donde vas a leer, reflexionar, rayar, pensar, conversar, vas a tener tema de conversación con otras personas a comprarte un plasma para ver un mundial, no sé, hay que ver las aristas.
-Si es que vamos al próximo mundial jaja
-A mí no me duele la guata gastarme en un libro $50 lucas. Me compré los cuentos completos de Balzac, “La comedia humana”, fascinado, y los voy a leer hasta que me muera.
-Leer es placer y ojo, no es un entretenimiento. Si el placer va de la mano con la aprehensión.
-Hay una frase de San Tomás de Aquino que me gusta: -“En la aprehensión de una obra de arte hay tres niveles. Percepción, reconocimiento y placer”-.
-Nos puede hablar sobre su experiencia en las librerías, previo a este paso de ser un asesor literario.
-Cuando tienes la sensibilidad o el respeto por el oficio que vas a ejercer es un proceso de crecimiento en todos los niveles como ser humano, porque llegas a un espacio el cual posee mucha energía y te enfrentas a un mundo muy basto.
-Para trabajar en una librería es porque te gustan mucho los libros o estudiaste algo relacionado con eso y cuando llegas ahí vas con tu parcela de cosas y te vas enriqueciendo con el feedback de la misma gente que tú vas atendiendo.
-Todos los días van llegando libros nuevos y vas aprendiendo también de nuevos autores o títulos, con los clientes que van apareciendo, que pueden ser mágister o doctorados en donde te pueden dar cátedras y tú vas aprendiendo hasta que de repente también te puedes encontrar a un caballero que trabaja como reponedor de supermercado y que le gusta la poesía.
-Entonces cuando hablé con este señor me dejo “buah” (impactado) y yo le pregunté qué era la poesía para él y contestó: -“Es mi compañera de vida”-.
-Cuando llegan tus compañeros nuevos y te vas manejando, conoces el catálogo, yo les decía que cuando tú entres aquí, porque en algún momento nos vamos a ir, ya que nadie es eterno, no te vayas siendo el mismo, aprovecha este espacio de crecimiento.
–¿Usted ha escrito un libro y ha publicado?
-Desde pequeño he escrito, sobre todo mucha poesía, pero nunca he tenido esa necesidad de publicar.
-¿En qué se enfoca un asesor literario?
-Primero que nada, ver las pretensiones que posee el escritor que está al frente con su texto.
-Segundo, ver si el texto tiene valor literario, ya sea si estamos hablando de una novela, poesía y desde ahí plantear propuestas sin olvidar los aspectos de la edición, portada, diagramación, estilos, corrección, etc.
-Y lo principal, que los textos nos entreguen imágenes, que haya un poco de poesía que siempre preceda a un buen párrafo de prosa escrita.
-También tener en cuenta las inquietudes que posee el escritor y recalco que posea el texto algún valor literario.
–¿Usted ha sido tajante con alguien al decirle que su texto no posee valor literario o siempre se busca ese valor en alguna obra?
-Es que ahí está el tema. Yo creo que si alguien tiene la necesidad o está con esa inquietud de escribir algún valor tiene eso.
-Ahora, lo anterior tenemos que traducirlo al arte, porque obviamente la escritura lo es también. Entonces, hay que entrar a trabajar los textos y a la disposición que posea el escritor en hacerlo, porque muchas veces quien escribe algo lo encuentra maravilloso, pero…
-Por ejemplo. James Joyce se demoró diez años en escribir su libro y hasta el último minuto en la imprenta el tipo estaba corrigiendo. Cuando venía las ediciones posteriores volvía a corregir. Eso demuestra que los textos se trabajan y hay escritores que buscan el enfoque artístico que de alguna u otra forma el escritor tenga ese asesor que pueda ser un espejo para ellos.
Si deseas conocer a Juan Silva Rojas puedes hacerlo siguiéndolo en su cuenta de Instagram.
Lunes, 31 de Julio de 2023/Entrevista #112
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