Blog de Papá #22: Tres años

Ya son tres años desde aquella vez que la vi asomarse en este mundo que para muchos es cruel y para otros algo que vale la pena cambiar, pero que para algunos que anhelamos la paternidad es un soñado evento que siempre añoramos abrazar en nuestras vidas, sin importar los matices de esta era.

En estos tres años ¿qué puedo decir como padre? De seguro muchas cosas: he dejado de ser mi centro de atención, he renunciado a muchas cosas por el deber y la obligación de una presente paternidad, no me arrepiento ni un solo día de ser papá, agradezco desde que la vi emanar tal cual un pequeño y lindo brote se tratase hasta convertirse en lo que tanto me alegra cada día y entre otras cosas, para culminar este párrafo, Emma llegó en un momento de nuestras existencias (tanto de mi pareja y mía) en donde la estábamos esperando.

En tres años muchas cosas en el mundo han ido cambiando como seguirán cambiando sin importar lo que hagamos y Emma será testiga de todo eso, aunque ahora sus preocupaciones más inmediatas son jugar, comer papas-nugget-bebida y aparentar ser una niña grande.

En cuanto a los tres años de Emma lo celebramos al aire libre, en el Jardín Botánico en Viña del Mar, con la presencia de familiares y amigos en plena pandemia, algo que al principio pensamos iba a ser una experiencia tranquila para no agotarnos y terminó siendo extremadamente agotadora como estresante jajaja, bueno, como cualquier cumpleaños de niños o niñes.

Recibió muchos regalos, jugó bastante, caminamos por distintos rincones del jardín, disfrutó de las aves y tortugas del lugar, probó su torta después de escuchar emocionada la canción del cumpleaños feliz que da pie para su momento más anhelado: apagar la velita, sin olvidar todo el cariño que recibió mi hija de todos los invitados que estuvieron ahí para celebrar un año más de una pequeña niña que ama bailar porque heredó el talento natural de su madre no así de su padre.

Pero en tres años acompañando a nuestra pequeña, puedo asegurar que Emma tiene muchas cosas de mí que no enumeraré para no caer en vanidad, aunque sí amo que ella disfrute acariciar y brindar amor a los animalitos como desee ayudarme a trabajar con nuestras plantas en el jardín, detalles que espero siga manteniendo con el paso del tiempo.

Mi Emma ya es una pequeña niña de tres años, ya dejo de ser mi guagüita tal cual lo fue desde que nació, aunque siempre en mi corazón lo será, así que es mejor aceptar desde una buena vez que nuestros pequeños, indefensos y adorables cachorritos no siempre lo serán para que cuando llegué el momento en que ellos sean quienes decidan ya sus siguientes pasos, en vez de no aceptarlo y obstaculizar su camino, nos convirtamos en un gran pilar en los sueños que deseen cumplir.

Deseo que mi Emma crezca como una persona que pueda decir en algún momento de su existencia que siempre la apoye, sin importar el resultado de su aventura, porque mucha gente pasa por este mundo culpando la ausencia de sus padres en ciertos objetivos que muchas veces se resuelven con la presencia de mamá, papá o de ambos. Entonces, no deseo que mi hija pase por eso.

Aunque para ese momento falta mucho, ya que ahora tan solo tiene tres años, se cree independiente, “puede sola” e intenta siempre hacernos entender eso y está con la idea que ya está grande para ciertas cosas, aunque es un “poco chica” para otras, mi pequeña Emma.

Domingo,  27 de Marzo de 2022.

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