Blog de Papá #28: Los Tres
Qué curiosa es la vida. Antes de la presentación de Los Tres, pensaba que hace mucho tiempo no iba a un concierto y también me preguntaba cuál sería mi primer recital acompañando a mi hija.
La vida escribió que fuéramos a ver juntos a la banda liderada por Álvaro Henríquez, el pasado cuatro de enero, en la estación La Polar, en calle Freire esquina Badén Powell, cerca de nuestra casa y por donde la 101 y 301 suelen protagonizar accidentes.
Pese a que ingresamos en distintos momentos, cuando Emma y yo nos encontramos, aprovechamos a jugar antes que partiera el show del conjunto oriundo de Concepción, porque para Emma cualquier lugar y momento es bueno para divertirse.
La espera se hizo tediosa para ser honesto, ya que Los Tres pese a ser una de las bandas más icónicas de la historia de nuestro país, la mayor parte de su música a mí no me genera nada, salvo por algunas canciones que sí son realmente buenas, bajo mi gusto. Además, teníamos que entretener a Emma previo al inicio del plato fuerte que no llegaba.
La presentación de aquella academia china estuvo interesante, pero duro tan poco y para los que estábamos lejos del escenario se nos hacía difícil distraer a un infante que ya no volvería a ver al par de dragones que tanto los maravilló. Luego, regresábamos a ese punto muerto de la fatídica espera que se hacía eterna.
Las pifias, las tallas y chuchadas no tardaron en dejarse sentir cuando los animadores alargaban la espera ante un público que exigía la salida del talento nacional, olvidando que la actividad era gratuita como para ponerse exigentes, pero salvó por los dragones chinos, en dos horas todos teníamos que conformamos con ver cómo preparaban el escenario para el principal evento que prendió recién pasado las diez de la noche.
Creo que el Álvaro cachó que la gente estaba picada y por eso se mandó al inicio algunos hits, con lo cual toda la atmósfera cambió, hasta se disolvió la intermibable fila que existía para ir a los químicos baños.
La Emma bailó algunas canciones de Los Tres y no tan sólo disfrutó del desconocido conjunto, sino también se maravilló con la luna y las estrellas que adornaban el nocturno cielo.
Para lo que estuvimos fue entretenido. Disfruté mucho aupar a mi hija para que observara bien el show que nos brindaban y casi por casualidad se cumplió aquel deseo de compartir un evento musical de esta naturaleza en compañía de mi hija, y lo mejor de todo cerca de la casa.
Lo único que lamento fue que jamás imaginé que iba a escribir algo así, porque de haberlo pensado bien hubiera capturado una fotografía más genial, pero bueno, ya perdí mi oportunidad y para una segunda oportunidad estaré más vivo.
Miércoles, 04 de Enero de 2023
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