En un lindo día veraniego mi Emma realizó la católica e importante ceremonia del bautizo en la emblemática iglesia de Quilpué.
Todo esto se dió de la manera más repentina e impensada, al menos para mí, ya que como mi pareja es atea y yo estoy alejado de la religión, jamás creímos que realizaríamos algo así hasta que observamos ayer a nuestra pequeña hija ser bendecida.
Emma estaba emocionada por usar su “vestido lindo”, de poder arreglarse el cabello con unas bellas trencitas y lucir unos zapatitos para la ocasión que no sólo encantaron a quienes la amamos, sino también a los miembros de la iglesia y a los demás invitados del bautizo de los niños.
Me gustó ver a mi hija contenta, curiosa, expectante y emocionada dentro del católico templo que la cautivaba por su simple y bella arquitectura que de seguro ella se imaginaba sería un gran lugar para jugar a la escondida o al pillar, esquivando los largos asientos de madera de paso.
Hubiese deseado tener el día libre completo, pero a veces no puedes escapar al compromiso laboral que esta vez no me privó de disfrutar y estar con Emma dentro de la iglesia, mientras todos atentos estábamos a las indicaciones del diácono, esperando el momento por el cual nos presentamos.
Doy gracias a todos los que asistieron a este bello instante en que Emma fue muy feliz, pese a que no entiende nada de religión y sus costumbres, lo importante será recordar su alegría, su deliciosa risa cuando le echaron agua sobre la frente y el cariño que recibió de todas las personas que fueron testigos de este bautizo.
Soy un padre afortunado por la hija que me ha regalado la vida y ahora solo me queda ser paciente, hasta que Emma me permita ganar en el Mario Kart Tour.
Domingo, 05 de Febrero de 2023
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