“Todas las personas mayores fueron al principio niños, aunque pocas de ellas lo recuerdan”, perpetuó el gran escritor francés-argelino Antoine de Saint-Exupéry.
Me costó mucho escribir este Blog de Papá porque no sabía cómo iniciarlo o qué cosas abarcar en este momento de la vida en que mi pequeña transita entre tantas y nuevas experiencias.
Por suerte el autor de “El Principito” me auxilió con tan linda reflexión, permitiéndome arrancar con estas palabras que imagino mi Emma no dimensiona que está viviendo un “primer antes/después” de lo que va su pequeña existencia.
Emma ha ingresado al colegio por primera vez y tuvo la fortuna de hacerlo posterior a las ya absurdas medidas sanitarias permitiéndole así compartir con niñas y niños de su edad, algo que tanto le hacía falta, ya que es hija única y salvo por Nahuelsito, Liss o Bonnie, mi Emma no tiene mucho contacto con los niños y por lo general juega sola, sin contarnos a nosotros.
Reconozco que me preocupé de más y sobrepensé muchas cosas que se esfumaron de inmediato al contemplar a mi pequeña ingresar a su primer y pequeño salón de clases o mejor dicho de juegos, porque no se quedó timida y sentada esperando a que le dijeran cómo actuar, de hecho ella se movía para ayudar a sus nuevos y desconocidos compañeros del Pre Kinder, buscaba la atención de las tías y se entretenía con los juguetes que le iban entregando.
No puedo evitar dejar escapar algunos suspiros, pese a que es por un par de horas nada más, al fin mi pequeña dejó el nido, dejó atrás a su primera familia para comenzar aprender por su propia cuenta y traer ideas que irán transformando sus pensamientos a medida que avance el tiempo.
También reconozco que con mi pareja sufrimos la ansiedad de los primeros viajes del furgón escolar. Es increíble. Porque es algo tan normal, cotidiano y que observas en todos lados, pero nadie nos dijo que para ese momento, en que depositas tu total confianza o ciega fe en un extraño que se compromete a llevar lo más valioso que has obtenido en la vida, de igual manera sufriríamos como los padres primerizos que somos. En ese lapso de tiempo en que Emma no estaba a nuestro cuidado quedamos intranquilos, preocupados y pensando si nuestra hija llegó bien. De verdad que lo sufrimos.
Al inicio de este Blog de Papá decía que Emma no se da cuenta que lo está viviendo es un antes/después en su corta vida, porque hasta el ya pasado viernes 3 de marzo, la rutina de mi hija se mantuvo igual hasta que se tuvo que preparar para ir al colegio y estar con personas extrañas. Algo que será así por muchos años más.
Además, mi hija tuvo la coincidencia de comenzar sus clases en el día de su cuarto cumpleaños. Según las tías le cantaron el cumpleaño feliz. De hecho, es el primer cumpleaños feliz que le cantan y estamos ausentes como padres.
Por supuesto, en cuanto a lo anterior, nosotros tuvimos que festejar un día antes los cuatro años de Emmita. Visitamos el Parque China de Limache. Emma disfrutó más jugar y correr a través de la réplica china de la muralla como también tocar y alimentar a los peces Koi, que son unas criaturas fantásticas. Sin embargo, mi niña no disfrutó la deliciosa comida porque su natural atención estaba dirigida hacia otras cosas.
Creo que el cumpleaños de Emma duró muchos días, como siempre sucede, ya que con su madre consentimos bastante a nuestra única hija y creo que desde el inicio de aquel fin de semana ya le estábamos entregando regalitos o algunos detalles para alegrar el momento.
Son cuatro años ya desde que Emma apareció en nuestras vidas para cambiarla por completo.
A estas alturas ya puedo decir que a Emma le gusta ser independiente, que la acompañen para jugar, pintar, le gusta salir o se “aburre” y se frustra tumbádonse sobre la cama, no le gusta que le repitamos las cosas, cuando se da cuenta que hizo una travesura se hace la llorona para no ser castigada, es una pequeña cat/dog lover y ama jugar con nuestra nueva bebé “Meena”, me diferencia bien de mi gemelo o “Tío Ale”, reconoce a sus familiares, ama cantar y bailar, me sorprendió su talento para manipular el control de los videojuegos, intenta pronunciar las palabras de manera correcta y así puedo seguir, como también disfruta escuchar e inventar cuentos por las noches. Tal vez mi Emma algún día desarrolle un talento literario.
Considero que estos cuatro años siempre serán especiales, porque a partir de ahora su vida más o menos será la misma hasta que decida dejar de estudiar, pero en este año y de manera obligada tuvo que romper su rutina, dejar a su familia y comenzar a crecer en este sistema que no es el mejor y que pienso ya está muy obsoleto, pero bueno, es así la cuestión ahora y no creo que cambie por el momento.
Ahora, nos rige su calendario de estudios, vacaciones y minuta de colación, pero también, algo que estaba olvidando, tanto para mi pareja y para mí, llegó ese momento en que al fin podremos tener un poquito más de tiempo para nosotros, ya que los dos nunca delegamos nuestra paternidad a nuestros padres.
Cuatro años de Emma en este mundo. Cuatro años en que ella estuvo siempre dentro de nuestro pequeño nido. Llegó el difícil momento de permitir que ella extienda sus alitas e inicie los primeros vuelos, aunque aún bajo nuestra total atención.
Tal cual la frase citada al inicio, espero que nunca muera la niña que Emma tendrá en su corazón, que jamás olvide esta linda etapa y que disfrute su experiencia escolar que recién empieza, algo que por el momento a ella le gusta mucho.
Jueves, 16 de Marzo de 2023
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