¿Cómo debo recordar las primeras vacaciones de invierno de mi hija? Pienso que mejor de lo que hubiera imaginado.
El contexto inicial no fue para nada alentador ante el colapso de hospitales públicos y clínicas por un fuerte virus jodiendo a medio mundo.
Así que los primeros días nos atrincheramos en la cama para recuperarnos de un leve resfrío, no vimos paranoicas noticias e ignoramos lo demás con Emma mirando sus shows favoritos en lo diversos streaming y jugando wii, a la espera de fortalecernos para la nieve.
Cuando empezamos a mejorar con Emma nos animamos en ir a jugar a la pelota a diversas canchas en donde me sorprendió lo bien que chutea mi pequeña que reiteraba ser la mejor del mundo y hasta fuimos desafiados para disputar un partido por el honor del barrio.
Y en aquellos viajes para la cancha conversábamos de muchas cosas con mi hija y me encantaba oír cómo ella describía las cosas que la maravillan desde los gigantezcos y lóngevos árboles, los diversos animales que se cruzaban por el camino o simplemente las cosas que Emma deseaba hacer en estas vacaciones.
Porque además de jugar a la pelota, hicimos tareas, pintamos, jugamos a las Barbies, a su PK XD, paseamos por la costa y Emma dijo que le encantaba ver el mar estrellarse en el rompeolas, algo que le generaba nervios y asombro.
Aprovechamos de ir al cine para ver Elementos, una película que no fue tan buena y que Emma sólo recuerda a los personajes protagonistas cuando vemos en youtube el video musical.
También recuerdo que realizamos un agotador y estresante paseo al zoológico metropolitano, en Recoleta, que no disfrutamos tanto por el colapsado recinto que no nos permitió disfrutar del paseo como añorábamos.
De igual modo la Emma caminó hasta la cumbre del cerro, se maravilló con la diversidad de especies de animales que siempre la emocionan y cautivan.Sin embargo, el gran evento que ilusionó durante estas vacaciones a mi pequeña era un paseo a la nieve que anhelaba conocer desde sus propios deseos.
Con una semana de atraso, con la eterna incertidumbre por si cerraban el paso fronterizo y con muchas expectativas subimos hasta Portillo para cumplir el anhelo de Emma.
La pobre se apunó apenas nos bajamos del bus, pero se reincorporó rápido para disfrutar con la natural y artificial belleza del lugar que en verdad es impresionante.
Jugamos bastante en la nieve (hasta hicimos a un Emmito) y el sencillo trineo que compramos funcionó mejor de lo esperado. Hasta yo me deslicé en él.
Fueron unas lindas vacaciones no sólo para Emma, sino para mí también porque cuando mi pequeña se enternecía me decía cosas muy lindas por todo el tiempo de diversión y familiar que hemos compartido en estos días.
Ya mañana ella regresará a la escuela y de seguro las tías le preguntarán qué tal sus vacaciones. Ojalá que no salga con que no hizo nada jaja una de sus quejas cuando recién empezábamos a salir después de atrincherarnos en la cama para no resfriarnos tan fuerte en sus inicios de las ya pasadas vacaciones de invierno.
Domingo, 16 de Julio de 2023
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