“El huerto de Eli”: pasión y compromiso

BELLOTO NORTE-.Lo que partió como una recuperación e intervención vecinal, terminó por convertirse en un reflejo de la filosofía de vida, pasión y compromiso de Elizabeth Opazo, gestora de un maravilloso huerto dentro de su comunidad.

Eli es Licenciada de Artes de la Universidad de Playa Ancha y pedagoga de Artes Plásticas, oriunda de Llay Llay, pero con más de veinte años viviendo en Belloto Norte, nos cuenta que es un ser inquieto, de múltiples habilidades y sobre todo amante de la naturaleza que tanto la tranquiliza, quien nos dice además que todo esto comenzó semanas previas al estallido social cuando los vecinos de su condominio decidieron limpiar aquel terreno (dentro de su propiedad) que usaban para botar escombros y cosas así.

Nuestra entrevistada señala que después de haber limpiado el espacio, dejó en claro sus intenciones  a los vecinos en intervenir el lugar por medio de la realización de un huerto abierto para toda la comunidad, quienes podrían disfrutar de diversos árboles frutales, flores y sobre todo, entretenimiento para todos los niños, algo que constatamos con nuestros propios ojos.

Aquel punto verde tan lleno de vida, de trabajo, de esfuerzo y sobre todo, de conciencia con el medio ambiente, era difícil para nosotros imaginar que antes era un espacio destinado a ser el rincón de las sobras de las obras de construcción de diversos hogares o al menos, de ciertas remodelaciones.

-¿Usted sabía de huertos o empezó de la nada?

-Hice un taller en el colegio de mis niños en el “Luchito Martínez” (en Gómez Carreño con calle Santiago) en donde era bien básico, pero aprendía.

-Como yo soy muy curiosa comencé a investigar y de ahí llegue al tema de la permacultura y del cuidado del planeta a través de eso. Y lo quise experimentar en el condominio, aunque no les pedí autorización a mis vecinos para hacer lo que hice, pero ellos apoyaron.

-¿Qué tipo de árboles o plantas medicinales posee el huerto?

-Hay más o menos como veintidós árboles frutales, entre ellos hay tropicales, bananeros, papayos, granados, naranjos, limoneros, paltos, nísperos o manzanos. Los vecinos también plantaron dos “bellotos”.

-De flores, hay de todas jaja no todas son nativas, pero por el hecho de ir abonando la tierra han ido apareciendo flores nativas de acá.

Mientras recorremos el espacio, somos testigos de la diversidad de flora del lugar, como de aquel artificial “estanque” que creó Eli con una piscina que tal vez estaría olvidada en una bodega llenándose de polvo o en el peor de los casos, en la basura. También observamos una gran cancha de fútbol que nos conduce a preguntar lo obvio, algo que cualquier haría:- “¿y los niños le pegan pelotazos a las plantas?”-. Eli sonríe al reconocer que sí, pero también nos comenta que los niños de su condominio son muy conscientes de la importancia de aquel huerto, y tratan de ser lo más cuidadosos posibles.

Durante el recorrido que nuestra entrevistada nos brinda, no sólo el huerto es el centro de aquel espacio privado, sino también la intervención artística a través de mosaico, pinturas y otras artes que Eli ha ido realizando para no sólo embellecer el paisaje, sino también para concientizar sobre la importancia de intervenir como mantener espacios para toda la comunidad.

-¿Se generó un cambio en cuanto a la perspectiva del cuidado del medio ambiente en tu comunidad?

-¡Claro! Porque dejaron de botar residuos, escombros o ramas a la basura, sino todo lo que sirve ahora se va a la compostera y regenera el suelo también, en donde están los arbolitos, todo lo que es orgánico de la basura de los vecinos se va para la compostera.

-¿Los niños cómo perciben o cómo tú les habla sobre mantener lo más limpio posible el entorno en donde ustedes viven?

-Al principio fue lento (risas). Rompían las plantas, no cuidaban y costó, pero ahora cuidan todas las plantas. Si se enferma alguien, por ejemplo,  o tienen un dolor de algo me preguntan a mí por una hierba y vamos a buscarla juntos.

-¿Qué significa para ti haber sido la gestora de este huerto?

-Yo estoy feliz porque es como generar vida, aunque uno no la genere…es un espacio de paz para mí, en donde también me arrancó de la casa jajaja.

-¿Cuáles son tus concejos para hacer y mantener un huerto?

-Tener las ganas y formarse un poquito de lo orgánico, hacer (aprender) compost con tus residuos orgánicos en donde generas una tierra de mejor calidad para las hortalizas, flores y árboles, porque comprar todo eso sale caro.

-No sembrar siempre lechugas con lechugas, tienes que hacer asociaciones de todo un poquito y de lo que te vai a comer…yo no como mucho repollo así que no cultivo mucho. Tengo uno por ahí, pero no hago cultivo.

Eli anhela recuperar más espacios en distintos puntos de Belloto Norte en donde espera replicar la experiencia con la esperanza que la comunidad pueda mantener los huertos con el paso del tiempo, tal cual ocurre dentro de su condominio en donde expresa con pesar que ya se le ha hecho chico trabajar.

Todo lo que realiza nuestra protagonista es completamente autogestionado y de vez en cuando recibe diversos aportes voluntarios, en donde reflexiona como artista y amante de la naturaleza que “si no haces nada, uno que es artista, duele más el corazón”.

La comunidad de su condominio ha ido aprendiendo a diferenciar la flora que ha brotado y que ha permitido ser un punto de encuentro para todo tipo de seres vivos, apartes de las plantas, tales como colibríes, mariposas, libélulas, ranitas, murciélagos o abejas, entre otros, que comenzaran a llegar con la llegada de la primera atraídos por el aroma de las flores y de los árboles que han ayudado a brotar.

Lo que era antes un terreno destinado a ser un foco de basura, hoy se ha convertido en un gran huerto que el esposo de Eli también ha ayudado  a conservar junto a los vecinos, que los hace sentir orgullosos por aquel “bosque” comestible o medicinal abierto para toda la comunidad que disfrutan día a día, gracias al total compromiso, trabajo y pasión de Eli por mantenerlo con vida y bello para todos.

Lunes, 09 de Agosto de 2021/Entrevista #95

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