LA PAZ, Bolivia-. Jesús Lazcano es un escritor, poeta y ensayista del nuevo milenio (quien nos escribió esto), un joven boliviano ad portas del lanzamiento de su primera obra que se llamará “Nada, Nudo y Nido”, un poemario que no sólo pretende dar cuenta de cómo escribe, sino también de cómo visualiza al mundo que lo rodea.
Gracias a Instagram, pudimos conocer a este novel amante de la literatura que nació en 2004 y quien a una muy temprana edad descubrió que el mundo de las letras era lo suyo, desde aquel instante que escribió toda una obra para un viejo amor de la infancia hasta que su madre, quien también lee y escribe, se dio cuenta de las habilidades artísticas de su hijo, que Jesús describe como “un momento lindo de mi vida”.
Jesús Lazcano desde muy pequeño siguió el camino literario de otros autores, como por ejemplo, el de nuestra amiga y entrevista Vanessa Giacoman, quien no tan sólo firmó dos libros para nuestro joven amigo sino también le escribió que “espero que escribas el mejor libro del mundo”.
No nos podemos imaginar el real impacto que tuvo aquellas palabras en Jesús, que tal vez lo han motivado a lo largo de los años o creó en él alguna presión, sin embargo descubrimos que a través de sus venas no sólo transita sangre, sino literatura, constancia y sobre todo intensos pensamientos por llevar a cabo lo que tanto lo apasiona, como lo es escribir.
-¿Qué referentes literarios posees?
-Actualmente, me gusta mucho Homero Carvalho, para mí es el mejor poeta y escritor de Bolivia. Vanessa Giacoman, otra escritora que me…oh… vuelve loco, es una genia.
-Y, siempre me dan el consejo de que si eres poeta, lee poesía ¿verdad? La verdad es que no me concentro tanto en leer ni en escuchar poesía, te soy muy sincero. Me concentro más en leer filosofía que es como mi punto en general y yo pensé que esto no tenía nada que ver hasta que un día el mismo Homero Carvalho nos dio un consejo y nos dijo que “si quieres escribir poesía, lee filosofía”. Eso me entró como anillo al dedo, porque me dijo que estoy salvado jaja. Porque con la filosofía voy a entender mejor las cosas, la sociedad y todo el contexto.
-¿Tú te sientes libre cuando escribes? Porque leí lo que me mandaste (tu poesía) y sentía que intentabas expresar libertad…
-Te lo voy explicar y es una historia, muy, pero muy bonita de verdad. Hablar de libertad tiene que ver mucho con mi mejor amigo.
-Mi mejor amigo es un árbol, aunque muchas personas aún no me lo crean y me digan que “te quieres hacer el bohemio”, yo lo digo de una manera muy natural, ya muchas personas lo han visto y me han visto hacerlo. Yo me subo a un resbalín o un tobogán y le dedico mis poemas a un árbol. ¿Por qué a un árbol? ¿Cuál es el sentido? Tal vez hay mucha solidaridad en los árboles al ver en ellos los nidos, simplemente pensar que un ser o una especia puede anidar a otra especie, me pareció lo más solidario que puedo ver en la naturaleza, más allá de cualquier cosa.
-Entonces, al hablar de libertad me quiero referir a que quiero sentirme de poder ser como el árbol y al mismo tiempo quiero sentirme libre como el pájaro, quiero sentirme libre de poder convivir con todos los seres y llegar a un punto en donde tanto ellos puedan protegerme a mí como yo a ellos, pero lamentablemente eso ya no se va a poder, es obvio, por más que nosotros busquemos la libertad bajo situaciones políticas…lamentablemente no se puede, no.
-¿Qué es para ti la literatura en ese aspecto?
-Es como un puente, en donde tú transcurres de un mundo (no feo) real y transcurres a un mundo que ya está convertido que tampoco es tan fantasioso.
-A mí la literatura me ha salvado, te lo digo de todo corazón. Es un puente, es un ángel o es mi alma prácticamente también porque yo sin literatura no digo que vaya a ser alguien del montón, porque ya soy alguien del montón y lo digo con mucho orgullo, pero si dejo la literatura ya no soy tan yo, ya no me siento mío.
-¿Tus pretensiones literarias es encontrar un refugio? ¿Encontrar tu forma de ser? O ¿estar bien contigo mismo más allá de la noción que muchos tienen (ganar concursos, ser leído, etc.)?
-Sí jajaja. En el contexto social, digamos lo que tomamos actualmente como literatura, es muy diferente a lo que un poeta o un escritor te diría, eso es evidente, ¿no?
-En cada arte, en cada ciencia, más allá de conocerlas se trata de vivirlas. La poesía no es una experiencia, eso hay que recalcarlo como “ay, yo me acuerdo que a tal edad”, no, más que una experiencia es una vivencia que no va con el tiempo, está ahí presente y aparte que es incandescente, es algo que dentro de cualquier personas que tenga noción de literatura, obviamente va a sentir ese fuego de la literatura que se va a quedar ahí por siempre, va a ser algo eterno.
-Para los que no saben de literatura, mira, yo no juzgo por el mismo hecho que existen gustos y yo no me creo superior por el hecho de escribir porque tanto yo, como escritor, es necesario tanto aquel que es pintor, matemático y miles de cosas porque vivimos en una sociedad en donde debe existir diversidad, sino viviríamos sólo de poetas y algunas personas que escriben, se aburrirían, ¿no?
-Cuando trabajas tu prosa poética ¿tú le das mucha vuelta a la prosa o de repente encuentras la inspiración divina, por decirlo así, o escribes todo de una?
-Muy interesante tu pregunta. Primero, para lograr ese tipo de inspiración mucho me hace el ambiente. A pesar que me gusta mucho la naturaleza, se me hace muy difícil escribir en una plaza. Lo he intentado un millón de veces que cuando me iba hasta el arbolito y le decía “te voy a tomar como inspiración”, pero no puedo.
-Me gusta estar escribiendo en mi cuarto, me gusta estar a las tres, cuatro o cinco de la mañana escribiendo en mí cuarto y me gusta sentir que estoy temblando ¿Por qué? Porque entonces lo que escribo se vuelve sensacional, tal vez no para quien lo lea, pero yo en ese momento estoy sintiendo frío…no sé, silencio, para mí es un tipo de concentración. La inspiración que llega a mí es divina, se puede decir, ¿no? A veces estoy, te cuento, sin ideas, sin ganas de escribir nada y yo me quedo aquí plasmado y al mismo tiempo es como que mi mano se queda atónita por el hecho de que yo no esté escribiendo, pero llega un momento en que se me ocurre una idea y digo “tengo que escribir”. Yo no me pongo los días para escribir ni me pongo los días para leer. El día que me entre ganas de escribir lo escribo, y el día que entre ganas de leer lo leo.
-¿Cuándo vas a publicar tu primer libro?
-Va a ser mi último poemario que se llama “Nada, nudo y nido”, que está dividido en tres partes, en que cada parte está dividido en tres poemas y es como avanzar en el desarrollo intelectual de una persona en poemas, y aparte que es correlativo, supongámosle que yo pongo el primer poema, pero el siguiente continua correlativo a la historia. Ese es mi modo de escribir.
-Tengo cuatro o cinco poemarios tranquilamente, pero no los voy a sacar y quiero sacar ese en particular (Nada, Nudo y Nido) porque quiero ver cómo va a reaccionar la gente ante ese tipo de poemario, en donde Nada explico cómo las personas comienzan a desarrollarse preguntas dentro de sí mismas, en Nudo como un problema y en Nido me dedico hablar no lo que hemos concebido, sino que dejo las peleas, me he dado cuenta que hay muchas guerras y yo me alejo.
Para nuestro joven entrevistado, a quien le encanta sentir el frío, en especial el del invierno boliviano, nos dice también que debe resolver el asunto de derechos de autor y que independiente de eso, se ha prometido a sí mismo que aquella obra que nos ha comentado en los últimos párrafos verá la luz sí o sí, ya sea de manera física o de manera virtual.
Escondido dentro de un baño para escribir, escritor de hábitos nocturnos, asocial como se ha declarado, alguien que no se puede inspirar o concentrar en un lugar que no sea en el interior de su departamento y por supuesto, de un curioso mejor amigo como lo es un árbol, Jesús Lazcano es un joven escritor que tiene en estos momentos todo un camino por recorrer, en donde esperamos pueda escribir el mejor libro del mundo.
Domingo, 01 de Agosto de 2021/Entrevista #94
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