Hace pocos días se dio a conocer a la nueva ganadora del famosísimo Premio Cervantes, que recayó por quinta vez en una mujer, de bellos poemas, Ida Vitale.
¿Quién es ésta vate? De casi cien años de edad, uruguaya, perteneciente a la Generación del 45, ganadora de diversos premios (muchos a muy tardía edad), amante de la literatura, trabajó en diversas revistas, es docente de profesión y exiliada en México (Dictadura 1973-1985), e (ntre otros pasajes de su vida, plasmó la pluma que la destaca en estos momentos.
Será recordada por siempre (más que antes) por recibir el pasado 23 de abril, de propias manos del rey de España, en la Universidad de Alcalá (Madrid), tal importante distinción que no sólo enorgullece a Uruguay sino a toda latinoamerica también.
Ganadora del XLIV concurso español, que también lo han ganado escritores chilenos como Jorge Edwards (1999) Gonzalo Rojas (2003) y Nicanor Parra (2010), lIda destaca por su estilo “esencialista”, la alquimia del lenguaje, poemas cortos, etc., le permitieron consagrarse en lo más alto de la literatura española y ahora, repasaremos parte de su obra.
Este mundo
Sólo acepto este mundo iluminado
cierto, inconstante, mío.
Sólo exalto su eterno laberinto
y su segura luz, aunque se esconda.
Despierta o entre sueños,
su grave tierra piso
y es su paciencia en mí
la que florece.
Tiene un círculo sordo,
limbo acaso,
donde a ciegas aguardo
la lluvia, el fuego
desencadenados.
A veces su luz cambia,
es el infierno; a veces, rara vez,
el paraíso.
Alguien podrá quizás
entreabrir puertas,
ver más allá
promesas, sucesiones.
Yo sólo en él habito,
de él espero,
y hay suficiente asombro.
En él estoy,
me quede,
renaciera.
Misterios
Alguien abre una puerta
y recibe el amor
en carne viva.
Alguien dormido a ciegas,
a sordas, a sabiendas,
encuentra entre su sueño,
centelleante,
un signo rastreado en vano
en la vigilia.
Entre desconocidas calles iba,
bajo cielos de luz inesperada.
Miró, vio el mar
y tuvo a quién mostrarlo.
Esperábamos algo:
y bajó la alegría,
como una escala prevenida.
Residua
Corta la vida o larga, todo
lo que vivimos se reduce
a un gris residuo en la memoria.
De los antiguos viajes quedan
las enigmáticas monedas
que pretenden valores falsos.
De la memoria sólo sube
un vago polvo y un perfume.
¿Acaso sea la poesía?
Gotas
¿Se hieren y se funden?
Acaban de dejar de ser la lluvia.
Traviesas en recreo,
gatitos de un reino transparente,
corren libres por vidrios y barandas,
umbrales de su limbo,
se siguen, se persiguen,
quizá van, de soledad a bodas,
a fundirse y amarse.
Trasueñan otra muerte.
Viernes, 26 de abril de 2019
No olvides dejar tu like y seguir nuestra fanpage aquí. Si deseas ser parte de El Semáforo envía un artículo a elsemaforoquilpue@gmail.com y no olvides leer esto: