“Textimonio” de Heriberto Medina Aviléz

Textimonio
Heriberto Medina Aviléz (fotografía de Puente Alto Al Día) fue un luchador social, quien a pesar de haber sido detenido y torturado en la Dictadura militar, jamás dejo de creer en las personas. Murió el 11 de marzo del presente año (2020) dejando a siete hijos, dieciocho nietos, dos bisnietos y una esposa.

PUENTE ALTO, Santiago-. “Textimonio” es un título ingenioso y creativo, aunque esconde un doloroso e injusto trasfondo cuyas heridas tal vez no cerraran por más que su autor, Heriberto Medina, exonerado político reconocido por la Comisión Valech, intentó plasmar en este viaje literario que la vida continúa a pesar de todos los horrores sufridos en plena dictadura militar.

Olga y Mary Medina Bustos, hijas de Heriberto, nos adentran en este relato que tiene como fin dar a conocer la mirada de un hombre sin igual sobre uno de los episodios más lamentables que vivió nuestro país, como lo fue el régimen de Augusto Pinochet, para que esta historia sea tomada en cuenta y no olvidada con el paso del tiempo.

Según nuestras entrevistadas, este trabajo fue algo que meditó por muchos años el ex militante del Partido Comunista (PC) e interventor de la Textil Progreso, ubicada en el antiguo Cordón Vicuña Mackenna, quien fue detenido un día después del Golpe de Estado en 1973 bajo ninguna justificación legal e incomunicado de su familiares por muchísimo tiempo.

En 2016, don Heriberto finalmente terminó de escribir su libro, el cual un año después una dirigente en DDHH, Margarita Vivallo, publicaría este trabajo dentro de la “Investigación Derechos Humanos Provincia Cordillera” respetándose el sello y estilo de éste.

“Papá siempre tuvo la idea de escribir un relato. Y cuando comenzó lo fue realizando de a poco, tal vez para no revivir aquellos momentos de espanto que jamás se pueden olvidar y lo que pudiera aguantar su sensibilidad”, nos cuenta Mary, quien también explicó que su padre al estar ocupado por su incansable labor social no tenía tiempo para sentarse a escribir.

Respecto al libro, Textimonio nos transporta a un momento previo  antes que Heriberto asumiera la responsabilidad de ser el interventor de la Textil Progreso durante el gobierno de la UP hasta su liberación en 1974 bajó el pago de una fianza por un millón de escudos de la época.

No sólo nos cuenta la detención ilegal o asesinatos a compañeros en aquella fatídica e infame jornada, sino también nos hace entender de alguna manera que la “mejor” manera para intentar soportar el asedio de los militares era pensar que tenía que vivir el día a día nada más, no proyectarse más allá de mañana o no aferrarse a una vaga ilusión dado que como él nos hace entender en su relato que a veces, de un día para otro, se llevaban compañeros que no volverías a ver jamás.

Llamó la atención como omitió información sobre su militancia a lo largo de la lectura y como este reconocía que las “compañeras” detenidas que alcanzó a ver en distintos sitios de torturas padecían peores castigos los cuales consideró no era necesario describirlos no sólo para evitar el morbo perse, sino también, creemos nosotros, no evidenciar lo peor del ser humano.

-¿Su padre se habrá arrepentido de no haber escrito Textimonio antes?

-No. Mi papá siempre estuvo trabajando. Desde que salió de la Cárcel Pública en 1974 estuvo muy relacionado con asuntos sindicales o con las personas. Fundó un sindicato aquí en Puente Alto de la Feria Grande, fue por muchos años presidente del sindicato de feria, trabajó con  exonerados…como que él no tenía el tiempo de parar. Cuando escribió este testimonio fue en la época en que estaba más en reposo o menos activo.

-¿Por qué en Textimonio su padre no ahonda un poco sobre lo que hizo después de salir de la cárcel pública?

-Porque papá nunca fue autorreferente, entonces lo que le interesaba era mostrar lo que fue ese episodio. La otra etapa la hizo en silencio, lo que se refiere a su obra social.

-En su funeral, como hija uno se topó con personas que decían que “gracias a él tuve un plato de comida”, “tuve trabajo”, “gracias a tu papá no nos quedamos en la calle” y yo no sabía esas cosas que papá hacía, porque el salía muy temprano, pero volvía almorzar. Y mamá, le empezó a exigir que no se involucrara tanto por el miedo a que lo mataran.

-¿Qué cosas omitió su padre en este relato que quiso legar para todos nosotros?

-Las torturas reales y lo que él significaba para el Partido Comunista en ese entonces. Mi padre no cuenta cómo llega al PC o cómo se une a Salvador Allende y dejó relatos sin conocer con él.

-Papá quedó huérfano más o menos cuando tenía ocho años y tuvo que ser cuidado por sus hermanos mayores. Pero a sus dieciocho años entró a las JJCC y eso se volvió como su hogar.

Vida de don Heriberto tras ser liberado en 1974

Las hermanas Medina nos revela que cuando don Heriberto salió de la Cárcel Pública se encontró con un mundo diferente, con emociones bloqueadas, pero se concentró en labores sociales, a pesar de todo lo que sufrió él intentó recuperar algo de los programas que se quisieron impartir en el gobierno de la UP.

Si bien al inicio fue bien difícil encontrar trabajo debido a que don Heriberto  pasó a ser parte de aquella lista negra de trabajadores a quienes les cerrarían oportunidades formales, gracias a sus contactos y/o compañeros, se las arregló para salir adelante y seguir contribuyendo a la comunidad tal cual su espíritu exigía.

Textimonio
Foto de Revista Matilde Audiovisuales. Don Heriberto, posando junto a su libro “Textimonio”.

Don Heriberto fue gestor de la Federación de Ferias Libres en Puente Alto, presidente del Sindicato Grande, precursor del PRAIS en el Hospital Dr. Sótero del Río en donde conoció a Margarita Vivallos, también se dedicó a organizar a los trabajadores, gestionó las pensiones para aquellos exonerados políticos de la Textil Progreso, enseñó el valor de la fuerza laboral que poseía cada trabajador quien debía hacer respetar sus conocimientos como habilidades y también se convirtió en un ejemplo en cuanto a vivir sin rencor alguno, contrariamente a todo el  daño que recibió.

-¿Eso no le molestaba a ustedes?

-A mí me molestaba. Porque yo le decía a papá por qué ayudaba a esas personas que a veces eran ingratos con él, pero el respondía que no importaba.

A pesar de lo anterior sus hijas lo recuerdan con alma de trabajador social, que no estaba interesado en que todo el mundo supiera de las cosas que hacía para la comunidad, porque él siempre trabajó de manera silenciosa e incesante sin esperar nada de nadie.

Sin embargo, era una persona bastante conocida y por esa razón era invitado a brindar charlas y oratorias, ocasiones que utilizaba para echar abajo todos aquellos falsos rumores o mentiras que se han mantenido a través del paso del tiempo como que los trabajadores de la Textil Progreso estaban armados hasta los dientes cuando ocurrió el Golpe, que Salvador Allende aparte de ser un borracho se limpiaba las manos después de saludar a las personas. También deseaba dar a conocer a las personas que desconocían este asunto, que fue algo real y que no hay que olvidar.

Don Heriberto era una persona que no solía hablar sobre lo que vivió en aquellos momentos de su detención, aunque si bien lo hizo en Textimonio, lo cierto es que siempre fue muy reservado, algo que recuerdan muy bien sus hijas y éste reiteraba que la gente se quedaba con lo que veía (gracias a los medios de comunicación pro régimen, añaden) y que éstos no eran capaces de cuestionarse el porqué de ciertas cosas, como por ejemplo el desabastecimiento previo al golpe.

-¿A él qué le pareció esta democracia de los gobiernos de la Concertación?

-Fue un fraude. Estaba decepcionado. A pesar de todo lo que sufrió no sintió miedo para intentar sacar a Pinochet del poder.

-Fue una decepción porque ni siquiera se hizo una reparación a los exonerados políticos, por ejemplo, mucha gente habla que los exonerados políticos han robado plata y éstos han sido los menos favorecidos en todos los gobierno, no han sido reconocidos en nada y lo único que han logrado hasta el momento es ese “famoso” programa PRAIS , que no funciona como debiera ser.

-Los que sí tuvieron más o menos una reparación, aunque la vida nadie te la devuelve, fueron los familiares de los detenidos desaparecidos,  quienes sí recibieron tuvieron reparaciones más dignas, aunque igual el Estado está en deuda porque aún hay abuelitos que siguen yendo al Estadio Nacional para aferrarse a las rejas para ver si hay un militar a redimir las torturas, porque no han podido salir de aquella etapa.

-Papá se sentaba para ver los discursos para ver cuándo nombraban la reparación de los exonerados  y desaparecidos políticos, pero era algo que nunca lo mencionaban.

-¿Qué es lo que más recuerdan de su padre y desean compartir en esta entrevista con nuestros lectores?

-La ingenuidad, lo entregado que era y como creía en las personas, depositando su confianza ciegamente en el otro. Creo que Textimonio da cuenta de lo que él era, una persona que confiaba en el otro, apegado a sus convicciones a morir.

-Él fue siempre un hombre sencillo, de bajo perfil y no le gustaba comentar cosas como por ejemplo que no fueran al tema. Papá incluso a nosotras, como hijas, no nos dejaba participar mucho en lo que realmente hacía.

-Cuando él asumió el cargo de interventor en la Textil Progreso tuvo acceso a muchas cosas que algunas personas se hubieran vuelto locas acaparando o arreglándose el futuro, a diferencia de papá. Porque él siempre pensó en los trabajadores y en lo que se le había encomendado hacer.

“A la memoria de todos aquellos exonerados y desaparecidos políticos de la Dictadura de Augusto Pinochet, sobre todo, Heriberto”.

Viernes, 06 de Noviembre  de 2020/Entrevista #79

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