VALPARAÍSO-. Esta entrevista la realicé a fines de 2017, pero hoy la recuperamos, porque deseamos contar la historia de Tres Dimensiones, un taller subterráneo para la experimentación.
En ese día, me reuní con mi amigo David Vásquez, a quien conocí trabajando para el Santa Isabel y me contó que estaba en una nueva pega, la cual me resultó interesante.
Se dedica a trabajar, entre otras cosas, la madera. En un antiquísimo edificio, en calle Chacabuco, a pocos metros de la Av. Argentina, se encuentra su lugar de trabajo.
Así que para amenizar la conversación, compramos unas papas fritas y un pack de chelas, en el Santa Isabel de Uruguay, algo que nos trajo muchos recuerdos.
Al llegar al lugar, me presentó a Pablo Ulloa, santiaguino, pero radicado en la quinta región hace años, quien es Diseñador Industrial de la Católica de Valparaíso y fundador de Tres Dimensiones.
Entonces, me hicieron un tour por el edificio, el cual sucumbió ante el terremoto del 2010, desplomándose un muro en su interior , que con el tiempo fue restaurado, sin embargo, dos años después se convirtió en el lugar en donde Pablo emprendería con su negocio.
Mientras me enseñaban las máquinas que usan para cortar todo tipo de materiales, los prototipos que han realizado y fotografías de cómo van moviendo de un lugar a otro las cosas del taller, en un vaivén sin fin, me llamó la atención lo siguiente.
Este trabajo para Pablo, no sólo es un proyecto laboral, sino una filosofía de vida y para David, es una manera de poder hacer algo creativo, que puede ser remunerado.
-¿Por qué se llama Tres Dimensiones?
Pablo (P):-No me acuerdo. Pero antes se llamaba “Masee” como esa jugada que no te dejan hacer en el pool.
La primera pregunta, nada extraordinaria, pero que me permite descubrir que este proyecto nació en Loncura, Quintero, cuando Pablo y dos amigos más, deciden emprender en un negocio, cuando acabó su etapa universitaria.
¿Con que fin? Se preguntarán. Pues, con la finalidad de cumplir dos años de experiencia laboral en una empresa creada por ellos mismos, para mostrar en futuras entrevistas de trabajo que cumplen con aquel requisito.
De esa manera, los tres amigos y colegas, logran ganar una Capital Semilla, y por diversos motivos no todos logran iniciar con Tres Dimensiones ni menos, emprender en Loncura, así que Pablo decide encontrar otro lugar.
-Y bueno ¿Cómo llegaste tú, David?
David (D):-Yo llegué un día x, había venido antes y vinimos a compartir acá (en el taller), entonces cuando regresé después de eso fue porque me pitié una pantalla del notebook y le pregunté al Pablo si tenía una, entonces respondió que tenía una.
-Me dijo que en vez de pagarle debía trabajar un día en el taller, así que le pregunté ¿cuándo? Le gustó la disposición y me vine a trabajar un día para acá.
Para complementar esta respuesta, Pablo señala que un amigo en común, José, lo recomendó, ya que dijo que David le pegaba a las esculturas, que incluso había sido becado en el Bellas Artes.
Pero el lapso desde el inicio de Tres Dimensiones y la llegada de David, son etapas diferentes, en donde Pablo ha tenido que luchar o como él dice, sobrevivir a esta experiencia.
-¿Con qué expectativas comenzaste este proyecto Pablo?
P:-No teníamos ni puta idea de lo que estábamos haciendo. Todo esto surgió en una época de crisis…
-Se dice que en la crisis surge la creatividad de las personas.
P:-¡Claro! Que huea más motivante que el hambre. Creo, que en estos momentos este proyecto está tomando forma.
Entonces, si podemos decir que cuando se estabilizó o como dijo David, se detectó el problema, Tres Dimensiones pasó a poseer dos esencias que pese a que conviven juntas, no son iguales.
Por un lado, está la oficina que (en el mismo edificio) sirve para la comercialización de madera, entidad que se llama “Valparaíso Maderas”, como cuenta Pablo.
Aquella entidad ligada al mundo burocrático, de las finanzas, que intenta captar clientes, que ha permitido el subarriendo del espacio y otras cosas más, es aquel cable a tierra que mantiene conectado con esta realidad a nuestros emprendedores.
Por ende, la segunda esencia del emprendimiento de nuestros entrevistados, es el taller, aquella dimensión creativa, de experimentación o destrucción, lo que realmente apasiona a Pablo y a David.
-¿Cuál es su sello? ¿En cuánto a lo que dicen, tratar de ser una distribuidora de madera y por otro lado, crear muebles?
P:-Es algo raro. Es como una mezcla de lo que se va dando y lo que terminas de buscar, ofrecemos un diseño.
D:-Damos una solución y no necesariamente, tiene que ser una pega específica, y es algo que sale de la conversación con un cliente, que no siempre se trata de madera.
-Porque esto es un taller. ¿Qué es para ti un taller? Definémelo.
–Bueno, si tengo un auto malo, voy al taller para que me restauren los neumáticos, el vidrio, el motor…
D:-Pero eso es un taller mecánico jaja.
-¿Qué hacen en su taller?
P:-Según lo que conversamos con el cliente. Por ser esta silla que vez, usamos retrasos de madera, no posee tornillos, tarugos ni cola, y que la única gran terminación que posee es lija y sellador, cuyas piezas fueron encajadas.
-En este taller hay mucho de hobbie, pero realizado profesionalmente y con buenas máquinas.
D:-Yo me he amanecido aquí haciendo cosas, porque a veces solucionamos problemas de clientes que vienen por una pieza rota que no se vende en el mercado y debemos encontrar la manera de solucionarlo.
-¿Han tenido clientes con los cuales no se han podido hacer algún trabajo?
P:-Sí, porque hay pedidos que simplemente no se pueden hacer. Ósea, si tú me pides que haga cosas que están fuera del alcance de la máquina o por postura.
-No trabajamos con melamina, porque no usamos un disco de corte para eso porque te cambia el filo, y además, no me gusta trabajar ese material, no lo gozo ni David.
D:-Es que no puedes experimentar con la melamina ni para muebles te sirve.
P:-Siempre, muchas de las cosas que hacemos acá tienen experimentación, ¿cachai? Y para ese ámbito, la melamina es un pésimo material, es estresante, no lo puedes lijar, se ralla.
Nuestros entrevistados expresan que este tipo de trabajo no tolera los sensibles cambios de la economía, según diversas épocas del año, en donde hay meses que son nefastos para ellos.
Es por esa razón que Pablo habla de poseer harto aguante, sobre todo mental y emocional, porque entiende que está en un mundo de los negocios, en que sus productos no son de primera, ni segunda hasta ni de tercera necesidad.
Y en donde también, sus expectativas no son a largo plazo, sino a muy corto y mediano plazo, debido a la naturaleza de su emprendimiento.
-De todas maneras ¿Han logrado cumplir con sus expectativas?
P:-Aún no. Es como el concepto del horizonte, por más que lo busques, jamás lo vas a encontrar, pese a que está ahí.
-Aunque, la primera meta de nosotros, ya se cumplió, un ejemplo es que estemos conversando acá, seguir sobreviviendo, la cual varia mensualmente.
-¿Cómo puedes definir Tres Dimensiones, para cerrar esta entrevista?
P:-Como un ocio, que nos trae dividendos, y es algo que nos gusta hacer.
D:-El taller es una experimentación constante que nos entretiene.
P:-Y después esa experimentación la podemos hacer rentable, pero eso se puede ver más adelante, si llegas al lugar correcto y con la persona correcta.
Hoy, a casi un año de haberlos entrevistados, David me cuenta que al taller se incorporó un chico que se dedica hacer impresiones 3D, de distintas índoles.
Asisten al taller chicos que vienen a realizar talleres de acuerdo a un programa de rehabilitación y que el espacio sigue siendo aquel que no termina de transformarse ni quedarse quieto.
Además, Pablo se convirtió en padre y David sigue perfeccionando sus técnicas artísticas en este taller que ha ido creciendo en número de personas también.
Sábado 01 de Septiembre de 2018/Entrevista #25
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