No existe un momento ideal, oportuno o planeado para convertirse en padre, puede llegar en tu peor situación amorosa, laboral o lo que sea, para cambiar tu vida para siempre.
Lo anterior, no es mi caso jeje. En cuanto a mí, ha llegado la noticia en un lindo momento de la vida, en donde mis dudas existenciales, laborales o qué sé yo, ya no atormentan mi ser.
Y es verdad lo que expreso, porque recibo con alegría este suceso que para ser franco, desconocía que podría provocar tanta dicha en tu entorno más íntimo o cercano.
Siempre he sido de esperar, sin dejarme arrastrar por las modas, influencias, tendencias o costumbres, el momento más cómodo y oportuno para mí, de experimentar aquellas sensaciones.
Como hacer el amor, tomar las primeras chelas, fumar marihuana, ir a la universidad y otras cosas más que no se me vienen a la mente ahora, pero que marcan mi forma de ser.
Porque vivimos en una sociedad que trata de marcar los parámetros o sucesos de nuestras vidas en ciertas edades, como en qué momento debes estudiar una carrera, a qué edad debes comenzar a cotizar para tu jubilación o ser padre ¿se entiende?
Nunca concebí la vida de esa forma, de alguna manera muy bruta, recuerdo que le dije a una ex compañera de liceo que en cuatro años iría a la U, cuando estábamos en cuarto medio, y así fue, pero por accidente, jamás planeado, asistí.
Y en esta ocasión, ser padre, es exactamente lo mismo (mi filosofía de vida) siempre desee recibir esta noticia, más cuando te acompaña la mujer que amas.
Entonces, tampoco es una sorpresa o un alivio ya no ser “pistolita de agua” como me decían ciertas tías de la Maru, el esperar el nacimiento de un bebé.
Siempre había deseado enfrentar esta situación, desde que comencé a observar a mis amigos enfrentarse a esto y escuchar sus historias, sus problemas y esas cosas, es algo que deseaba para mí, siendo sincero.
Además, fui muy crítico de mi padre, exigente y hasta hincha pelotas jeje, aunque se lo merecía en ocasiones, ahora espero mi turno para demostrar mi filosofía de ser papá.
Si me preguntan cómo me siento, estoy más tranquilo y sereno como jamás lo había estado en la vida, a diferencia de muchos que se sienten inseguros, intranquilos o confundidos, como en esta ocasión.
Por el contrario, siempre me imaginé como un padre, no uno chanta ni penca, sino uno bastante pro y alegre por eso, esperando convertirme en al menos, un decente guía para otro ser humano.
Esperando ser capaz de enseñar el respeto por el medio ambiente, por los pobres peluditos de la calle, que pasan tantas penurias y transmitir las cosas buenas de nuestra especie a otra criatura que prosiga esa tarea cuando yo ya esté más viejito.
Porque siempre he creído, que la principal función del ser humano es procrear a otros seres humanos, para mantener a nuestra mal necesaria especie y así intentar construir algo mejor, resguardando el respeto por el medio ambiente y animales.
Así que estoy esperando, aquella nueva persona, nacida del amor entre Maru y yo, esperanzado que vendrá a un mundo que al menos, intentamos sea mejor para ella o él.
Aún no imagino las cosas que aprenderá, observará y cuán tan lejos podrá llegar…deseo que llegué más allá de lo que yo he llegado y que me enseñé a mí, aquellas cosas.
Ser padre, es una oportunidad que nos entrega la vida, para volver aprender y estar agradecidos, porque es como volver a nacer, pero en otro cuerpo, otra esencia y en otra época.
No te digo más, no sé que más escribir, salvo que sólo deseamos conocerte…ven te esperamos.
Martes, 21 de agosto de 2018
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