QUILPUÉ-. Conocimos a la emergente y talentosa escritora local Karen Leighton, mejor conocida como “Karen Leight”, que nos adentra en su opera prima “¿A dónde miran mis ojos?”, que para sorpresa de ella logró un inesperado impacto.
A veces la vida es bastante curiosa y extraña. Conocí a mi entrevistada en persona mientras ambos esperábamos ser atendidos por alguna ejecutiva en Ripley, Quilpué, sin recordar que a Karen Leight la venía siguiendo en Instagram hace mucho tiempo.
Ella estaba sentada a mi lado, la escuché hablar de libros y tardé algunos segundos, que parecieron eternos, en pedirle ser mi entrevistada. Creo que la tomé desprevenida o mi atrevimiento le gustó, ya que aceptó mi petición.
La escritora quilpueína nos dice que desde muy pequeña aprendió a leer, enamorándose de las palabras, de la lengua y de las rimas, que la convirtieron en lo que ahora es.
Por el momento, y de manera orgullosa, nos aclara que sólo ha escrito una novela (de una futura trilogía) que se está promocionando a nivel latinoamericano que, de manera paradójica, Karen confiesa que jamás contempló publicar y que fue algo que pasó nada más.
-¿Cuándo escribiste tu novela?
-En Pandemia. Tenía mucho tiempo para pensar y para trabajar (la novela).
-Creo que tú eres la primera escritora, que entrevisto, que está en Falabella.
-Jajaja. No sabía.
-¡Sí! Lo descubrí hace un rato, mientras estaba buscando información sobre ti. ¿Por qué se demoró tanto en publicar su primera novela?
-Como te comentaba, no tenía pensado publicar, pero conocí a un autor, que andaba dando vueltas por ahí, que a mí me llamaba la atención.
-Y resulta que yo le pregunté de dónde él era y respondió que de Quilpué. Después, me ofreció su libro el cual leí y lo encontré muy bueno, que te vuela la cabeza.
-Entonces él se ofreció a leer mi novela, siendo una persona que no lee, menos romance contemporáneo, pero a él le gustó mucho y me dijo “inténtalo”.
-Lo envié a la editorial, Torre de Marfil Ediciones, y a las dos semanas recibí una respuesta satisfactoria por parte de ellos en donde decían que el libro tenía potencial y que si yo estaba dispuesta a someterme al proceso de edición.
-Por supuesto respondí que sí. En el momento no lo pensé mucho jajaja. Y así se dio. Pasó un año entero entre la edición/publicación.
-Cuando envié la novela, era pequeña porque tenía cómo veinte mil palabras, como un borrador a grandes rasgos. Pero, terminé añadiendo capítulos y partes que le hacían falta, dando también un poco más de diálogo y movimiento a las escenas. Terminó siendo un libro de 167 páginas.
-¿Qué tanto hay de la autora real, en el personaje de tu libro?
-En el libro “Kayla” tiene 19 años que, si bien no es una chica rebelde, no deja que la pasen por encima tampoco. Tiene una personalidad no muy agradable en realidad jajaja. Y esos rasgos igual lo saqué de mí. Es de pocos amigos, se enlaza más con su familia y tiene un lazo muy importante con su perro.
-Ella también tienen una característica, que no sé si es fundamental en el libro, pero que al menos le da el título a la novela. Ella padece de una enfermedad llamada “neuropatía del Leber” a los ojos.
-La visión de Kayla alcanza el 30% de lo que ve una persona normal, además que su mundo está todo distorsionado, no logra ver la realidad con claridad. Entonces, eso le provoca muchos problemas, no tan sólo a nivel personal, sino también intrapersonal, ya que otras personas creen que cuando pasa y no saluda puede parecer pesada. En realidad, ella no ve.
-Bueno, eso es mi propia experiencia de vida. Yo tengo neuropatía de Leber hace veinticinco años y tuve que aprender a vivir con todas esas cosas. Al principio no podía tener una vida normal, no podía leer.
-Después que me diagnosticaran tuve que saber que esto no tiene cura ni tratamiento, es algo que te frustra y que te cambia la vida. Eso está descrito en la novela. La vida me cambió a los diez años. Una mañana desperté ciega. Perdí el 70% de la vista. Un daño irreparable.
¿A dónde miran tus ojos? Novela de la escritora quilpueína Karen Leight se empezó a gestar durante el año 2020, de acuerdo a las propias palabras de la autora, por una necesidad de plasmar tantas ideas, pensamientos y sucesos que acontecieron en su vida.
Además, nos cuenta que tenía pensado, una vez al acabar la novela, guardar el texto sin que nadie lo leyera, pero eso no sucedió para suerte de Light a raíz de aquel amigo literario que vio en ella un gran potencial como su padre, su importante lector beta, que también reconoció la gran propuesta literaria de nuestra entrevistada.
-¿Cómo reaccionaron los lectores con tu obra?
-La verdad es que a muchos lectores les pareció que el libro era muy corto, porque la novela igual es entretenida, con un lenguaje bastante sencillo y cotidiano. Uno se engancha y lo puede leer muy rápido.
-Por lo general, los lectores la describen como una novela que se puede leer en una tarde y que sí o sí te vas a reír. Que también tiene una parte dramática en dónde esperas que Kayla no haga eso, pero ella lo hace igual jajaja.
-Por el momento he tenido buena experiencia. Está calificada en “Goodreads” por lo general con 5 y 4 (las más altas), y no baja más allá del 3 (algo que es positivo). Las reseñas igual han sido buenas. Hay gente que está pidiendo segunda parte, porque es una trilogía.
-¿Qué aspectos mejorarías en este primera novela?
-Bueno, algunas palabras que tal vez fueron demasiado coloquiales, porque igual esto está ambientado en Chile dentro de una población. Kayla no es millonaria ni tiene una educación excelsa. Ella habla y dice garabatos. Algo que me han criticado.
-¿Por qué hay que ocultar el garabato, si es parte del lenguaje cotidiano chileno?
-No sé. A la gente no les gustó mucho esa parte. La verdad, con o sin garabato, el libro hubiera logrado el mismo resultado porque los garabatos no son la parte gruesa de la historia, sino más bien como ella transmite los sentimientos.
-¿Te dejo satisfecha tu primera novela?
-La verdad es que sí. Incluso superó mis expectativas. Esta novela me ha abierto hartas puertas.
-¿Qué cambió en ti, en lo personal, cuando publicaste este primera novela?
-Lo primero, fue el miedo a lo que iban a decir. Me cambió ese “switch”. Empecé yo misma a promocionarla porque ya no tenía ese miedo en que la gente lo iba a criticar o decir esto.
-De a poco se me fue pasando cuando empecé a leer las críticas o cuando la gente me decía: -“Oh, me sentí identificado con esa parte”-. Eso me gusta, porque me escriben harto.
De repente me escriben también para decirme: –“Oh, me hubiera gustado que Kayla hubiera hecho esto en esa parte”-. También me han dicho que hubieran actuado igual que la personaje principal.
-Como también me han escrito para decir que odian y detestan a mi protagonista, kayla, o que no actuarían como ella que es una irresponsable.
-¿El título de tu novela fue algo que pensaste antes de publicar o lo trabajaste con la editorial?
-No (ninguna de las dos), lo trabajé a medida que lo iba escribiendo. Lo último que hice fue ponerle nombre a la novela.
-No sabía yo (mientras escribía la novela) qué momento rescatar para ponerle el título o cuál iba a ser la frase perfecta. Pero, claro. Al leer el libro se explica perfectamente porque se llama así jajaja. Es algo que también los lectores me han dicho.
Igual es raro eso. Ir escribiendo un libro sin saber cómo se llama y esperar durante la gestación de la obra aparezca el título.
-¡Así fue! De hecho fue lo último que vi.
-Eso se usa mucho en Periodismo. Porque se recomienda primero escribir la noticia y al final el título.
-De hecho, antes de mandarlo a la editorial le puse el título, ni siquiera antes de eso.
-¿Tú libro, literariamente, cómo habla de Quilpué?
-La novela no se detiene mucho en los detalles (de la ciudad). Sino nombra partes de Quilpué que ya no existen, como por ejemplo, “El bar la Taberna”, “La punta de diamante” o ese lugar que uno iba a tomar los colectivos para ir a Los Pinos.
-No me detuve a expresar lo que era Quilpué, sino más bien quería dejar en claro que la historia ocurría dentro de una población quilpueína.
-¿Por qué no quisiste destacarlo, siendo quilpueína? Sé que ya me dijiste al principio que no poseías alguna expectativa ni mucho menos imaginaste que tu obra iba a llegar a nivel latinoamericano, pero pudo haber sido una buena oportunidad para dar a conocer, a través de tus ojos, la ciudad del Sol.
-El libro tiene una continuación. Entonces todavía tengo esa posibilidad de poder describir otras zonas de Quilpué. La historia de la novela ocurrió hace quince años, y hay cosas que en ese tiempo aún no existían.
-¿La continuación se llamará de la misma manera, irá acompañada por “2da parte” o tendrá otro nombre?
-No tengo idea jajaja.
-Porque al igual que en el primer libro, aún no lo he decidido. Pero, estuve probando algunos títulos. No quiero que la continuación se llame igual que la primera novela.
-Quiero que siga una línea como la saga literaria de Harry Potter, que se sepa que es la misma historia, pero no necesariamente que tenga el mismo título porque en la primera parte, ¿A dónde miran mis ojos?, funciona perfecto. En la segunda, ya no funcionará de la misma manera.
-He tratado de encontrar un enfoque parecido, una idea o un concepto que se pudiera aplicar en la segunda parte, sin embargo, todavía no lo he decidido.
-Pónele “Kayla”, no más.
-La verdad, es que me ha costado harto terminar la segunda parte. Por un tema de tiempo. Este año no tenía planeado estudiar y al final terminé estudiando dos diplomados, algo que me quito mucho tiempo, ya que tuve que haber terminado la novela, haberla entregado, con título y todo jajaja.
Lunes, 27 de Noviembre de 2023/Entrevista #116
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