Hoy me tuve que levantar temprano para ir a trabajar, en un horario que no es habitual para mí y bastante extendido por cierto, y es por culpa del coronavirus.
Cuando antes me subía a la micro no me importaba que estuviera llena, la única cuestión era que al menos hubiera un asiento libre, ahora es diferente; espero que la máquina lleve la menor cantidad de gente posible.
En aquel viaje observo a muchas mujeres y hombres de diversas edades que tal vez piensen como yo “ojala que ese hueón no me contagie”, a pesar de ver algunos usando guantes y mascarillas cayendo en un placebo social, me resigno y los imito.
De vez en cuando intento esquivar los diversos fierros de la micro, el contacto físico con extraños y me molesta que el chofer llene la máquina, aunque esa es su pega, subir a la mayor cantidad de gente posible incluso en estado de pandemia.
Porque al igual que yo, él debe ganar plata, sin más. En el trabajo, mi jefe comenta que es bueno hacer horas extras porque “estamos asegurando un mes más, ya que no sabes que podría pasar en mayo”, según sus palabras.
En parte tiene razón, pero por otro lado por más esfuerzos que hagamos por cumplir nuestro trabajo y tratar de sanitizar lugares que nunca consideramos antes, el virus que está ahí hueando de algún modo u otro aparecerá al fin al cabo.
Algunos dicen que está en el aire, en el plástico, en los metales, en la ropa, en los perritos, en las monedas que uso y en las monedas que quiero ganar, incluso otros hablan que es un plan de Dios, una estrategia comercial china o simplemente estamos ante otra profecía de Nostradamus, y la OMS algo dice también.
Lo cierto es que debo irme temprano a trabajar para después llegar tarde a mi casa, esperanzado en no traer a mi hogar el coronavirus para no contagiar a mi hermosa bebé de un poco más de un año y el resto de la familia con la que vivo actualmente.
Además, tengo una abuela de más de ochenta años que vive en un hogar de ancianos, a mi madre que sufre por las consecuencias de haber superado un cáncer con venenosas quimioterapias y hermanos que no viven conmigo que también son una constante preocupación para mí.
No sé cuánto dure esta situación ni mucho menos sé cómo afectará esto a mi país en el futuro, pero lo que veo hasta el momento ha sido un pequeño cambio de mentalidad en las personas.
Ahora muchos se preocupan por lavarse bien las manos, limpiar las perillas de las puertas o usar mascarillas en caso de enfermarse, sucesos que considero positivo, pese a que surgió de esta pandemia.
Aunque seguiremos siendo una sociedad reaccionaria, después de que termine esto volveremos a lo mismo: malas costumbres sanitarias, ensuciaremos más nuestras calles y el medio ambiente, y el planeta volverá a manifestarse, aunque no será una tregua como la que estamos viviendo hora, creo yo.
Pienso en todo esto mientras el chofer de la micro hace una detención en el paradero de Canal Chacao, oportunidad que aprovechó un vendedor ambulante quien subió a la máquina para ofrecer dos mascarillas a tan sólo mil pesos.
Estoy regresando de una extensa y paránoica jornada laboral en donde el tema central sigue siendo el mismo, el coronavirus. Virus que modificó mi horario laboral, mi cotidaneidad y tantas otras cosas más.
En casa, me espera los nuevos hábitos adquiridos: no entrar con los zapatos y dejarlos dentro de la caja organizadora afuera, pasar directamente al baño para dejar la ropa contaminada en el interior de la lavadora, bañarme por completo, y finalmente disfrutar a mi familia, pero bajo ese estricto orden.
Al unisono de todo esto un vaivén de información nos invade desde los medios de comunicación como las catástrofes económicas, el padecimiento de los famosos, las frases de Mañalich y el morbo por ser el primer medio en dar a conocer el más reciente muerto por Covid-19.
Bueno, antes de dormir preparo mi ropa, desayuno y almuerzo para el siguiente día, no puedo dejar de trabajar, ya que el sistema es indolente y tendrás que pagar igual lo que no puedas ahora…incluso en esta pandemia uno se preocupa por la siguiente cuota de la CMR, del CAE y otras cosas más, gracias a Dios este mes quedó todo pagado.
Jueves, 02 de Abril de 2020
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