Por alguna extraña razón a Esteban no le estaba resultando las cosas en el amor.Desde que terminó hace dos años su relación amorosa con Ximena, que de paso es la madre de su única hija, apareció Carmen que le fue infiel, luego conoció a Fernanda que lo gostheó y la mala racha continuó con Scarlette que no siguió con él porque regresó con su ex pareja tóxica y machista.
Al principio esto se lo tomó con buen humor Esteban que entre amigos recibió buenos y malos consejos de quienes se creyeron expertos en desamores, pero él no pudo esconder un profundo sentimiento de angustia al no encontrar respuestas lógicas ante las malas experiencias amorosas que lo estaban conduciendo a una desgarradora soledad.
Esteban pensó en lo curioso que fue enamorarse de Ximena. Ella fue la segunda pareja más formal y seria que tuvo por muchos años, a quien conoció mientras estaba con su primera novia. Él siempre creyó que se enamoró de Ximena por arte de un embrujo, ya que su primera mujer fue tan buena y atenta con él como para perderla.
Lo que nunca supo Esteban de Ximena es que ella le ocultó que era una bruja, tan dura como el frío en invierno y tan ardiente como las llamas del infierno.
Él Ignoró, hasta el día de hoy, que por medio de un poderoso “amarre” Ximena lo hechizó para arrebatárselo de aquella buena mujer que ella siempre envidió. Así fue como se convirtió en la dueña de los labios y encantos de Esteban que conquistó su brujo corazón gracias a su larga y desordenada cabellera negra, su metro con noventa de alto y su actitud tan infantil e intrigante.
Cuando Esteban al fin terminó la relación con Ximena por sus celos enfermizos, sobre control en sus actos y hasta reconoció falta de pasión o amor hacia ella, jamás pasó por su mente que la principal razón por la que tomó esa decisión fue porque el hechizo de Ximena menguó y eso permitió a Esteban ser sincero consigo mismo, ya que jamás amó a la madre de su hija en común.
Una dolida Ximena no sólo complicó las visitas de Esteban con su hija, sino también lo condenó. Para eso tuvo que pagar un alto tributo en un macabro ritual celebrado en la soledad de un cementerio que presenció como una desdichada mujer ofreció mucho más que su propia, ardiente y furiosa sangre, todo a cambio para que los malignos espíritus y demonios frustren cada uno de los nuevos amores de Esteban.
Mientras tanto, ignorando todo esto, el pobre de Esteban ahogó las penas en alcohol, buscando respuestas a sus fracasos amorosos, llenando su mente con pensamientos depresivos y autodestructivos que lo iban alejando cada día más del buen hombre que siempre fue.
FIN.
-Cuento #9-
¡Abrazo literario!
Sergio Muñoz es periodista y escritor. Publicó en 2022 “Entre el Cenit y el Abismo. Y otras ficciones”. Puedes seguirlo a través de su cuenta de Instagram y Facebook.
Lunes, 25 de Septiembre de 2023
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