La literatura en Chile no escapa de la envidia ni de la calumnia ante la escritora chilena, Isabel Allende, quien es hasta hoy la pluma más reconocida, vendida y prolífica del momento.
Recientemente, ganó el Premio de Novela Histórica Barcino de Barcelona y volvieron aparecer aquellos detractores de “La Casa de los Espíritus” (1982), quienes alegan que es una escritora sobrevalorada.
Pues en efecto, a mí me tocó oír en la Universidad por parte de profesores de literatura, que la narrativa de Isabel Allende era una simple copia de “Gabo”, del inigualable creador del mundo de lo real maravilloso, de las crónicas periodísticas y de otras tantas cosas más.
Algunos van más allá de lo estrictamente literario y la señalan como alguien que ha gozado de los privilegios de su clase, en cuanto a las oportunidades presentadas para pulir su talento, a diferencia de otros colegas, quienes deben mendigar por ayuda.
Uno de sus más grandes críticos era Roberto Bolaño (2002), quien la trataba de “escribidora”, es decir, una mala escritora, y hasta no la consideraba para ser Premio Nacional de Literatura, a pesar de vender grandes best sellers.
Mientras las críticas no paraban en años, tampoco lo hacía el trabajo de Isabel Allende, quien iba sumando a su colección nuevos títulos.
Muchos señalan que Allende es material de estudio en Estados Unidos, sobre todo en universidades, que a raíz de las ventas de sus ejemplares no debiera ser cuestionada (Kafka nunca vendió un libro y es uno de los mejores de toda la historia) y se consagró por irse de Chile, debido a que aquí no consideramos a nuestros talentos.
Pareciera ser que aquel sentimiento negativo hacia Allende se debiera simplemente a su negación en participar en circuitos literarios, tal vez a su estilo de vida (que no es autodestructivo ni da para hacer una película de ello) o simplemente, ser mujer.
En lo que respecta a su estilo, aún no me queda claro por críticos qué es lo que hace mala a Isabel Allende o tampoco entiendo cómo logra ser una escritora tan popular en el mercado.
Creo, tal vez me equivoque o tal vez, las críticas deben venir de lo más hondo del machismo, en efecto, yo también lo fui, de hecho, mi madre me trataba de misógino cuando era chico, por ver a las mujeres salvar a los héroes que admiraba en televisión (pues rompía eso el esquema que estaba acostumbrado a ver por la pantalla y me chocaba).
Es por eso que no temo señalar que de eso hay mucho en aquellos que no toleran que sepamos de Allende en las noticias por premios, reconocimientos, ventas, etc., debido a que tal vez en Chile a estos escritores se les hace muy difícil publicar o ser reconocidos y terminan desquitándose con alguien…buscan a un enemigo para justificar una batalla.
A mí también me trataron de inculcar ese odio e intolerancia con Isabel Allende, pues no lo lograron, aprendí que en vez de perder el tiempo en ello es mejor disfrutar a esta escritora que lleva a lo más alto el nombre de Chile por el mundo, en cuanto a letras respecta.
No cuestionemos a Isabel Allende, nuestra máxima referente en estos momentos, cuando parta de este mundo ( y ya la han dado por puerta en rrss) lo lamentaremos, muchos se darán vuelta la chaqueta y la idolatrarán…típico chileno.
Domingo, 26 de mayo de 2019
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