En honor al gran antipoeta chileno, Nicanor Parra

Nicanor Parra

De pronto mi polola (novia en otro país) me avisó, desde la ventana del segundo piso, mientras yo me encontraba trabajando en lo que espero algún día sea un hermoso jardín,  que el antipoeta, Nicanor Parra, murió.

Ni los versos más irreverentes, divertidos y populares lo sacaron de esta, pero de todos modos, ya eran 103 años de vida. Creo que muchos pensamos que ya él merecía descansar.

Los medios de comunicación aprovecharon la situación, no sólo para honrar  la obra del vate y dar a conocer su inmensa importancia en el mundo de las letras chilenas, sino también para desempolvar toda clases de anécdotas e historias en torno al autor de “Poemas y Antipoemas”.

En Twitter, muchos twitearon que se había jodido a la derecha, en especial al Presidente Sebastián Piñera por haber eclipsado la presentación de los ministros de Estado. ¿Saben qué? Pensé lo mismo.

La televisión reiteró, una y otra vez, que era el hermano mayor de Violeta Parra, que fue un antipoeta, que ganó muchos premios prestigiosos, ya sean nacionales o internacionales) y que fue un eterno candidato al Premio Nobel de Literatura, pese a ser un profesor de matemáticas y un físico.

Fue entonces, que surgió una idea en mí. Que en honor a Nicanor Parra, el jardín que estoy trabajando se llamará Jardín de los Poetas”.

Cuando mi polola supo no sólo se rió de mí, sino también me trató de “Don Che”, que es una parodia de poeta televisivo, y ella volvió a lo suyo mientras yo trabajé la base de los diversos árboles y plantas que deseo ver crecer.

En la actualidad, aquel jardín posee unas dimensiones de más de siete metros de largo por un metro y medio de ancho, al ojo,  en cuya superficie de  tierra  conviven una lavanda, un durazno, un manzano, un limonero, una planta que se secó y espero plantar un aloe vera también.

Ornamenté un poco el lugar. A un costado de los diversos árboles, instalé unos redondos y muy cortos palos cortados, de distintos tamaños, casi tupidos, para dimensionar más o menos la cantidad de tierra de hoja que necesitaré para darle fuerza a las plantas.

Deseo que brote pasto, deseo pintar los palos cortados de distintos colores para que me recuerden a Valparaíso y aún no me imagino cómo poetizar el jardín. Ya veré eso en el futuro.

Sé que no puedo juntar a Huidobro con Nicanor como tampoco a Rokha con Neruda ni tampoco sé si usar letreros clavados al suelo, usar ftografías, infografías o lo que sea para versar ese pequeño espacio de nuestro hogar.

De lo único que estoy convencido, que del jardín no brotarán sólo plantas, sino también mucha poesía que más de alguno se detendrá a leer:

– “Durante medio siglo/ La poesía fue/ El paraíso del tonto solemne./ Hasta que vine yo/ Y me instalé con mi montaña Rusa/

Suban, si les parece/ Claro que yo no respondo si bajan/ Echando sangre por boca y narices./”.

De seguro muchos se preguntarán:-“¿Quién escribió ese poema?”-. Pues con orgullo responderé:-“Pues Nicanor Parra poh, a quién le dediqué este jardín”-.

En ese momento, ya estará mezclada la tierra de hoja con las semillas de pasto, los palos redondos cortados estarán pintados y poemas adornarán el espacio para inspirar a quien circule por ahí.

Tal vez no sea el homenaje más multitudinario, ni más emotivo o creativo, sin embargo pienso que como él versó en su “Manifiesto”:

-“El poeta está ahí/ Para que el árbol no crezca torcido…”/.

Tal vez nuestro árbol de durazno al fin se enderezará y no necesitará la tabla que clavó en la base mi suegra para sostenerse a sí mismo, para que las pobres ramas que apenas aguantan el peso de los frutos no decaídan y fuertes soporten lo que tengan que soportar.

Nicanor Parra
Soy Sergio Muñoz, Director El Semáforo. Columna #2.

 

 

 

 

 

 

 

 

No olvides dejar tu like y seguir nuestra fanpage aquí. Si deseas ser parte de El Semáforo envía un artículo a elsemaforoquilpue@gmail.com y no olvides leer esto:

Adiós Dolores O´Riordan, adiós líder de The Cranberries

 

Comentarios de Face