Gracias, Defensor

Por mucho tiempo el Philip me insistió para jugar por el Defensor, un club de fútbol amateur del cerro Santo Domingo, perteneciente a la federación del Parque Alejo Barrios, del cerro Playa Ancha.

Creo que fue el año 2015 en que realmente me animé a participar en el equipo “Albiceleste”, y hasta mi último partido contra Carlos Dittborn, el pasado domingo 13 de noviembre, nunca había perdido un partido por los puntos por el “Defe” en todos mis años como jugador.

Pertenecer al Defensor fue una gran experiencia y un reencuentro con el amateurismo, la motivación deportiva y dejar atrás las malas experiencias en el Juventud Bianchi de la Asociación Osmán Pérez Freire, y el Independencia iquiqueño, ya que mi paso por este conjunto alcanzó su clímax cuando nos coronamos campeones de nuestra categoría, la tercera adulta, tras un par de pasadas campañas en que estuvimos a un paso de campeonar.

Mi inicio en el Albiceleste, del primer cerro de Valparaíso, no arrancó como un prometedor refuerzo, por el contrario, tal vez muchos no lo recuerden o mejor dicho no tienen idea, pero arranqué como aguatero.

Asistí a mi primer partido, que ya no recuerdo contra quién fue, para conocer a mis futuros compañeros, apoyar al Philip y a mi hermano en un juego que terminó igualado a un gol, cotejo que recuerdo bien porque el “Ale” aseguró que sería la figura y anotaría varios goles, algo que no sucedió como imaginaba.

El Ale, el Philip y otros amigos me molestaron por haber sido el aguatero, labor que cumplí con mucha dedicación para aportar en lo que pudiera, prometiéndome que para el próximo juego sería parte del equipo.

Después de eso llegó mi “re debut” en la competición que me generaba algo de inseguridad porque hacía ya bastante tiempo que no jugaba fútbol en esas dimensiones, menos por los puntos. Además, estaba en pésimas condiciones físicas, aunque las ganas sobraban.

No recuerdo cuánto tiempo esperé, entre haber sido aguatero y un flamante refuerzo, para volver a competir de esa manera, no obstante recuerdo bien que en esa época al Defensor asistían muchos jugadores y como yo era el nuevo tuve que esperar mi oportunidad entre los suplentes, lujo que ya no se repetiría en nuestro club.

El Philip se encargó de generar expectativas sobre mí ante mis nuevos compañeros que me felicitaron cuando terminó nuestro partido, porque con mi ingreso se ganó de manera ajustada.

Luego de ese triunfador debut arranqué como titular y la tercera adulta empezó hacer ruido dentro del club porque comenzamos a pelear los primeros puestos en el ascenso y sobre todo, a ganar todos los partidos. Esto último no sólo se dio por mí, por si acaso, puesto que coincidí con un buen equipo que se estaba gestando y que con el tiempo fue muy unido.

Cuando miro hacia atrás no puedo evitar sonreír por tratar de retener épicos triunfos y podría seguir recordando breves anécdotas o lindos momentos personales, sin embargo a partir de las próximas líneas quiero destacar a los grandes compañeros que tuve en este club, para homenajearlos y darles entender que mi paso por este club fue importante gracias a su genial compañía.

Philip Arismendi. Uno de los mejores amigos que he tenido en mi vida. Gracias a él llegué al Defensor. El Philip era delantero, goleador por naturaleza, pero a diferencia del Roberto, de quien escribiré a continuación, el Philip jugaba más atrasado, como falso “9”, aunque si tenía que ir más abajo lo hacía, jugando como enganche o doble cinco. Siempre fue un compañero que era capaz de echarse el equipo al hombro o motivarnos. Jugaba muy bien a espaldas del arco, arrastrando rivales y se asociaba bien no sólo con los volantes, sino conmigo, ya que entre nosotros armamos muchas jugadas que culminaron en gol, la última fue un desborde mío que él conectó de primera con un cabezazo. Después el Philip se lesionó y no volvió a jugar por el Defensor.

Roberto Arismendi. Era un delantero nato que jugaba de “9” y era el primero en presionar. El Roberto lograba hacer goles increíbles y por una temporada se convirtió en el gran goleador del equipo, ya que marcaba dentro y afuera del área, aprovechaba muy bien sus oportunidades, y lo mejor de todo es que estaba jugando bastante motivado hasta su lamentable lesión que lo alejó del equipo. Fue una pérdida para nosotros que costó mucho reemplazar, porque el Philip quedo solo en delantera siendo acompañado por quien llegara en el momento.

El Alejandro. Mi gemelo. El “Ale” fue pieza clave por años en el equipo, porque jugaba en distintas posiciones y nos daba siempre seguridad en el ataque. Él fue protagonista de muchos triunfos en partidos ajustados y siempre le daba una mano al club cuando lo necesitaba. Fue parte del equipo campeón en 2018 y se retiró del Defensor en búsqueda de un desafío deportivo más importante. Formamos una gran ofensiva junto al Philip, Carlos, Raul, Javier y Roberto, que por años nos permitió competir en nuestra categoría a gran nivel.

“El Peña”. El Peña jugaba siempre entre el falso 9, enganche o doble cinco. Siempre contribuía con un gol importante o unas asistencias que en los últimos años a nuestro equipo mucha falta hizo. De hecho hizo un golazo de mitad de cancha que hasta el día de hoy me acuerdo. El Peña tenía gran control de la pelota y por esa razón no necesitaba correr, ya que era capaz de eludir a los rivales con buenos enganches, aunque como era muy comilón, perdíamos el factor sorpresa en reiteradas ocasiones porque le quitaban la pelota si no resolvía bien. Por supuesto nos enojábamos con él. No recuerdo cuándo dejo al equipo, pero estuvo esa temporada cuando ganamos la copa.

Carlos Aguirre. Ha sido el “10” de nuestro equipo desde que llegue. El Carlos además era el capitán indiscutido si no jugaba el “Choco”. Como buen generador de juego nos permitió obtener grandes oportunidades para lograr goles, salvó al equipo con pelotas paradas o disparos de media distancia. Siempre fue un jugador con gran visión de juego y pocas veces lo vi descontrolado. Pese a no ser tan veloz, su control de la esférica,  su capacidad de eludir rivales y su inteligencia nos permitía siempre pelear cada partido. Él es el mejor medio que tenemos en todo el club, porque si no está presente nuestro juego consiste en el pelotazo o aprovechar las contras.

Javier Guzmán. Él era el segundo y gran armador de nuestro equipo, a diferencia del Carlos el Javier con su zurda nos permitía otra alternativa en el medio que Defensor tuvo la fortuna de aprovechar por mucho tiempo. Con el Carlos formaron una gran dupla en el medio que ya no volví a ver en nuestro equipo cuando el Javier se retiró después que levantamos el trofeo de campeones. Linda manera de despedirse de nosotros. El Javier también era un poco más comilón que el Carlos y con él disputaban la ejecución de los balones parados de nuestro equipo.

El “Choco”. Siempre diré que el gran capitán y corazón de la tercera en el Defensor es y será el Choco. Increíble su despliegue en el campo, su pasión por el fútbol, su inteligencia para anticiparse como las mañas de un veterano jugador que no teme enfrentarse a jugadores más jóvenes, rápidos o altos. Por alguna razón el Choco siempre sabía cómo contenerlos y transmitía garra, algo que muchos centrales que compartieron conmigo la zaga defensiva no poseían. Lo curioso, es que no recuerdo haber visto al Choco hacer un gol, después de tantos partidos que jugamos juntos o tampoco recuerdo haberlo visto jugar mal. El Choco es un verdadero ejemplo para todos nosotros.

Gorky Ugalde. No me puedo olvidar de este gran compañero que también jugaba como central y que era muy parecido al Choco, en realidad pensaba que sería el sucesor natural hasta que se retiró del club. El “Gorky” también era un defensa que iba a todas, peleaba cada balón y nos arengaba a dar todo. Creo que la diferencia entre él y el Choco es que el Gorky se obsesionaba con hacer goles cuando se podía, por eso subía y se arriesgaba más, luego tenía que bajar como un rayo cuando quedábamos mal parados en defensa.

El “Feña”. El Fernando Urrutia, colega mío, que por esas cosas de la vida ya conocía al Philip, por ser amigos de infancia, era conocido en el club como “Chipi” y considero que fue el mejor arquero que tuvimos en todos estos años. El Feña era el más parejo en todos los sentidos, sobre todo él no dudaba en salir achicar o a chocar sin piedad a los rivales, además si no jugaba como arquero nos apañaba en defensa, sin olvidar que nos gritaba, a diferencia de otros porteros que juegan callados, para ordenarnos en la última línea. El Feña siempre jugó dando lo mejor de sí mismo.

Raul Quiroz. A veces pienso que con el paso de los años el Raul cada vez jugaba más atrás. Cuando empecé en el Defe, el Raul jugaba casi con los delanteros porque le gusta hacer goles y estar en ese momento tan decisivo. Luego, fue bajando los puestos, de 8 a 5, y creo que en un par de años jugará haciendo dupla con el Choco. El Raul es otro gran jugador de nuestro club, de eso no hay duda. Siempre está motivado, da lo máximo de sí mismo, exige a los compañeros y no duda en gritar a los que están dando la hora en el campo. Además, cuando nuestro equipo lo permitía él se sumaba al ataque y anotaba muchos goles, en ese aspecto, es pieza clave de nuestra categoría.

Diego López. El “López” es un jugador un poco inusual. Recuerdo que la primera vez que lo vi parecía un “niño enorme”, que a pesar de sus limitaciones físicas, por su exceso de peso, y falta de fútbol, a él no le importaba eso y daba lo mejor. Con el tiempo mejoró, ya no es tan lento y no posee cara de niño, y dentro de dos o tres años puede convertirse en un excelente futbolista si continua entrenando. Todo depende de él.

El “Pico Pico”. No había partido en que no se cayera estrepitosamente el Pico Pico. Fue uno de los delanteros del equipo que a pesar que no era tan goleador como el Philip y el Roberto, con su gran velocidad y personalidad, contribuía a desarmar la defensa rival, creaba espacios y defendía con mucha garra. Lamentablemente, tuvo una lesión muy grave que lo alejó del equipo por mucho tiempo.

Maximiliano Acuña. La “Pantera” Acuña fue un jugador que traje para esta última temporada y tuvo un debut soñado con un gran golazo y una asistencia, que pudo haber sido por dos si yo hubiera conectado su pase, aunque el balón no descendió como esperaba. El Maxi, pese a su inexperiencia como agente ofensivo en el fútbol amateur, destacó por su gran velocidad, disposición a dejar todo por el equipo y asumir un puesto complejo a falta de jugadores. Para mí lo hizo bastante bien y puede mejorar mucho si continua jugando en esta clase de campeonatos.

El “Caluga”. El Caluga es todo un personaje y no sólo en nuestro club, sino en toda la asociación. Según él, jugaba al mismo nivel que el Carlos Aguirre hace veinte años, pero los compañeros calcularon que en esa época debía de tener como cincuenta años. Gracias al Caluga la dirigencia del Defensor se ha mantenido a flote, por medio de viejas y propias costumbres dirigenciales que no siempre agradecemos cuando jugábamos cada fin de semana. El Caluga siempre nos pedía representar al equipo de la mejor manera, mayor compromiso y pese a que la situación está complicada, él mantiene la cuota de esperanza para que el Defensor siga luchando. Todos mis respetos para nuestro querido Caluga.

DefensorTampoco he olvidado a otros compañeros que dieron todo en distintos momentos como el Estay en el medio campo, el Alegría apoyando en defensa y laterales , el Disney de arquero o defensa, el acelerado  y bueno para hablar del Marcelo por las bandas, el Diego que por un momento era como un mini “Ronaldo”, O Fenómeno, en delantera, los experimentados seniors que siempre apañaban a la tercera, algunos jóvenes jugadores que se animaban a colaborarnos, el Carlos Sánchez que jugó en el medio y el “Guishe”, mi gran amigo y desordenado compañero que desea ser delantero, pero que le tocó cumplir otras funciones en el campo.

Jugar en el Defensor para mí ha sido una de las experiencias más bonitas en mi vida, fuí acogido por el club de muy buena manera, hice nuevas amistades y me re encontré con el fútbol amateur de la mejor manera: compitiendo para obtener los primeros puestos.

Desde aquellas asociaciones que formé con el Philip en ataque, en defensa con el Gorky, Choco o Raul, o mis arrebatos individualistas que un par de ocasiones culminaban en valiosos goles para el equipo, defender los colores del Defe fue siempre una gran motivación y una excusa perfecta para regresar por un breve momento a Valparaíso, jugar al fútbol y distraerme sanamente.

Espero haber sido un aporte, pero mi ciclo ya se cumplió y ahora tengo otras obligaciones, responsabilidades y anhelos a diferencia de años atrás. Cuando el Philip me llevó al club no era el padre de familia que soy ahora, ya no vivo a pocos metros del Parque Alejo Barrios ni mucho menos tengo tanto tiempo libre como en aquel entonces.

Mi último partido en el Defensor cortó una tonta racha personal en donde jamás perdí un partido por los puntos, y si bien tal vez al Dittborn lo castiguen por meter “galletas” al encuentro, lo cierto es que nos ganaron bien en cancha y yo me voy en paz, porque brindé mi mejor esfuerzo, corrí cada balón como si fuera el último y traté de contagiar garra al equipo como lo hubiera hecho el Choco, nuestro gran capitán.

Aún sigo pensando que si el Guishe me hubiera dado el pase que esperaba en esa última jugada mía en ofensiva, terminaba esa acción en un 2 a 2, porque los defensas del Dittborn eran lentos como torpes, pero nuestros delanteros ya no son los de antaño, asi que el juego culminó en un 3 a 1 en contra nuestra. No tuve la oportunidad en despedirme con un gol.

A todos los compañeros, amigos y dirigentes de este gran club, siempre los tendré presente y me despido de cada uno de ustedes, anhelando que vengan mejores tiempos a nuestro gran equipo del cerro Santo Domingo, como lo es un mayor compromiso con el club, que tengamos a todas las categorías compitiendo, poseamos equipo femenino y que luchen por cosas importantes.

Pelear los primeros lugares, salir campeón con ustedes, hacer sufrir a los dos equipos que pelearon Copa de Campeones, este 2022, ganar duelos épicos, no caer ante los equipos de muchos amigos y conocidos, son valiosos recuerdos que siempre llevare orgulloso gracias a todos ustedes.

¡Adiós, gracias Defensor, gracias por todo! Gracias por permitirme ser parte de su gran historia, como un defensoriano más y por siempre.

Defensor
Gracias, Defensor

Viernes, 18 de Noviembre de 2022

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